Pueblo chico... Infierno grande - Relatos Eróticos

Pueblo chico... Infierno grande

... ay de ti si te siento los dientes, porque te los tiro! - la tomó de la cabeza y comenzó a penetrarla por la boca bestialmente, solo se detenía para dejarla respirar cada cierto rato y cuando sus arcadas eran demasiadas casi al punto de vomita y aprovechaba de refregarla en su cara y darle de vergazos, estuvo así unos 20 minutos despiadadamente hasta que de pronto soltó un gruñido y apegó la cara de mamá hasta dejar sus huevos en su barbilla. Su semen comenzó a correr por la comisura de los labios de aquella mujer, que a ratos prefería olvidar que era mi madre. Luego la puso de pie y le ordenó - Ponte en cuatro patas puta, como una yegua como tu debe estar lista para ser montada!! - mi madre obedeció sin chistar, solo alcanzo una almohada para apoyarse, el viejo le dio una palmada en los glúteos y le escupió en la raja de su culo y metió un dedo, mi madre dio un respingo y hundió su cara en la almohada- Levántate perra, levanta la cara y prepárate a recibir verga!, hoy no usare tu coño, ese será para el muchacho, debe aprender como mojar una hembra, aunque tu ni aprietas ya, así que daño no le harás, yo usaré tu culo, que ese aun si aprieta condenada!!. Tomo el erecto falo con su mano y retiró lo que a esa altura ya eran tres dedos, se posicionó frente a la entrada de su ano, le dio una nalgada y sin previo aviso la penetro de una sola estocada, mi madre sofoco su aullido en la misma almohada que ya estaba mojada por sus lágrimas de dolor, pero no emitió mas sonido que eso, ...

... la follada fue brutal, solo comparada al ritmo del galope de un caballo desbocado, se sentía el sonido del choque de la pelvis del viejo con su trasero, interrumpido por nalgadas y palmadas en las espalda, así estuvo durante unos 30 minutos, acompañado de jalones de pelo y frases humillantes, yo ya no podía mirar y me refugie en el pecho de Gabriel quien miraba congelado y no emitía mas sonido que el de su garganta tragando saliva ocasionalmente. De pronto se dejó caer sobre la espalda de mamá, de ella emanaba el líquido viscoso que corría por la parte trasera de sus muslos, el viejo hizo un ademan como llamando a Mauricio quien ya había acabado con su paja hacia minutos. - Mira cabroncito, así se llena a una hembra, nada de esas mariconadas de aceptar que te digan por ahí no o despacio que me duele, las perras son para cogerlas, para eso están, tú eres el macho, un semental, un Soto-Mayor y como tal debes comportarte. - Tu perra ve a lavarte y tráeme el vino que quedó! Mi madre se apresuró a cumplir la orden, cuando volvió Mauricio estaba empalmado y sentado sobre la cama, algo en el había cambiado, la dulzura se esfumó, y eran notorios en el la herencia en la mirada llena de perversión y el tamaño de la verga como la de su padre. - Ven acá puerca! no te creas que soy como papá, ahora arrodíllate y chupa, esta vez el trabajo lo harás tú, y ahí de ti si dejas caer una sola gota, porque te va a pesar...- Olvidando que le hablaba a la mujer que lo había criado y cuidado desde su ...