1. Anita en el octavo piso


    Fecha: 20/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Después de casarnos solamente nos alcanzaba el dinero para mantener un auto en muy buenas condiciones; por lo tanto, mi dulce Ana se conformaba con usar el transporte público para ir y venir de su trabajo.Una tarde me llamó, diciendo que estaba agotada después de un día muy pesado y me pidió si podía pasar a buscarla a la salida esa noche.Ella terminaría a las siete y me esperaría en la entrada del edificio.Pero yo terminé con mis papeles antes de esa hora y entonces decidí entrar e ir a su encuentro, para darle una sorpresa.Pero la sorpresa la iba a tener yo mismo.Llegué al sexto piso, donde estaba ubicada la oficina de Ana, pero no pude encontrarla allí. Pregunté por ella a varios de los empleados, pero ninguno de ellos la había visto en la última hora.Todos estaban yéndose a esa hora; pero alguien me sugirió que buscara a mi esposa en el octavo piso. Subí y comencé a recorrer los pasillos, pero todas las oficinas parecían estar vacías.De repente me pareció oír unos gemidos ahogados detrás de una puerta.Pensé que podía tratarse de mi esposa, pero al acercarme más, pude distinguir que se trataba de sonidos relacionados con el sexo…Abrí la puerta muy despacio, con mucho cuidado para no hacer ruido.Mis ojos se acostumbraron a la escasa luz que había allí adentro.Mi dulce Ana estaba allí, reclinada sobre un escritorio con sus manos apoyadas sobre él. Mantenía el balance de su cuerpo con sus largas y torneadas piernas abiertas. Su falda estaba arrebujada en su cintura; pero, ...
    ... lo peor de toda esa escena, era un enorme hombre parado detrás de ella, con una gigantesca verga colgando fuera de sus pantalones.Reconocí su uniforme, viendo que era uno de los guardias de seguridad del edificio. Estaba sosteniendo a mi esposa apoyando una pesada mano sobre la espalda de ella, para que Ana no pudiera levantarse del escritorio.La otra mano se perdía entre los muslos abiertos de Ana; por lo menos, un par de sus gruesos dedos estaban explorando la estrecha vagina de mi delicada esposa.Pude ver que sus dedos separaban los labios vaginales de Anita y entraban en su humedad. Ella suspiró y movió sus caderas al mismo ritmo que los dedos del guardia.Un leve gemido escapó de su boca y entonces supe que el hombre había encontrado ese clítoris tan sensible. Seguramente Ana esperaba el próximo paso, teniendo ahora su concha bien lubricada y dilatada."Me gusta su culo, Señora Ana… y a Usted va a gustarle mi verga…”De repente el hombre tomó a mi esposa por los cabellos y la hizo girar para enfrentarlo a él. Entonces hundió sus dedos pegajosos en la boca de Ana, sonriendo mientras le decía:“Pruebe el sabor de su concha; Señora… Usted está muy mojada…”No pude ver la expresión en la cara de mi esposa, pero estaba seguro de que ella disfrutaba esa humillación a la que el guardia la sometía…El hombre la hizo girar otra vez, apoyando sus tetas sobre la tabla de madera. Sus cuerpos se apartaron y entonces pude ver la verga de ese hombre que estaba punto de cogerse a mi delicada ...
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