1. ÉPHÉBOPHILIE


    Fecha: 02/11/2017, Categorías: Gays Autor: venomyotismon, Fuente: SexoSinTabues

    A veces temes destruir el paraíso, temes a la bestia que no pudimos domar, sientes que tus manos cesarán la vida de la avecilla que ha caído entre ellas, pero esta avecilla es tu vida y tu única obsesión, recuerda cuidarla, no olvides por qué la amas, una sola de sus plumas vale más que todo de ti. Tengo 27 años, esto me sucedió en mi adolescencia, la primera vez que me enamoré y la primera vez que tuve sexo con el nene de mis sueños. Era diciembre, un caluroso diciembre, época en la que siempre me dedicaba a jugar microfútbol, banquitas, todo el día, siempre que podía, como sucedió en esta ocasión. Ya estaba bastante entrada la noche, tipo 9 o 10 pm, solo un poco de luz artificial y de claro de luna nos iluminaba, éramos 5 contra 4, le faltaba uno más al otro equipo, por lo que Jonathan, uno de mis mejores amigos, trajo a uno de sus primos, el mejor de mis suplicios, para poder comenzar. Me llamó la atención cuando lo vi, pero tampoco fue algo más que un flechazo a primera vista, él era bastante delgado, con su piel y cabellos dorados, ojos miel, bastante tímido y con unos hermosos labios. Abrió esas deliciosas líneas rosas que delineaban su boca para presentarse, ese sutil movimiento fue suficiente para imaginarlo chupándome la verga, que se me comenzó a parar de inmediato, Felipe creo que dijo llamarse. Comenzamos a jugar, tuvimos que jugar sin camiseta, él no quería quitársela, tuvimos que convencerlo, en un rápido movimiento pude ver sus abdominales ligeramente ...
    ... marcados. Media hora después no se me bajaba la erección e íbamos perdiendo, se suponía que yo era el mejor de todos, pues era el mayor, 17 años, casi 18, los demás tenían entre 15 y 13, pero seguía desconcentrado, miraba sus piernas, firmes y largas, en su punto, la pequeña pantaloneta que llevaba dejaba ver bastante, sus nalgas no tan grandes pero paradas y redondas se dibujaban fácilmente sobre la tela en perfecta armonía con el resto de su cuerpo, y la línea que las separaba se marcaba bastante, se hundía hasta el fondo de ese bello lugar, era una invitación, mi vulgar destino en el cuerpo más bello. Íbamos perdiendo 4-7, me despabilé por unos minutos y logramos empatar, siempre trataba de marcarlo, rozaba mi cuerpo contra el suyo, podía sentir su suave piel, buscaba sentirla a cada momento, ya reconocía su aroma, todo de él me ponía nervioso y me dejaba en ridículo frente a los otros, era un perro tras su presa, él siempre se me escapaba. Ya era bastante tarde, así que decidimos que quien marcara el último gol ganaba. Felipe (Pipe, cómo le decía su primo) llegó hasta nuestro arco, justo en ese momento lo alcancé y me le cruce, él cayó, yo perdí el equilibrio y caí justo encima de él, toqué todo de él, una corriente eléctrica cruzó por todo mi cuerpo, ya estaba que me lo cogía ahí mismo, solo podía pensar en eso. Él mismo cobró el tiro libre, parecía que lo tiró mal a propósito, el balón quedó atorado en la copa de un árbol, salió corriendo y me pidió que lo ayudara a subir para ...
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