1. Historia del chip (036): Vasile (Daphne 012)


    Fecha: 29/05/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Dominación Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    Fueron andando pues Vasile vivía al lado del hospital. Era poco hablador y Daphne le contó lo que había pasado. Él ya había oído algo rumor, sólo que su especialidad era cardiología y su turno de urgencias no había coincidido con la entrada de Daphne y Jennifer. Amablemente le dijo que quizás debía descansar más que salir de marcha o tener una cita. Daphne atacó. —¿Es que no te gusto? Vasile se echó a reír. —No, eres realmente fea. Pero es que esta noche no tengo a nadie a quién llamar. Daphne le dio un codazo y empezó a correr. Estuvieron varios minutos dándose esquinazo, no siendo los altos tacones de Daphne lo más recomendable para esos juegos o acaso precisamente por eso tenía su atractivo. Vasile la atrapó colina arriba. La hierba estaba húmeda y hacía frío. Daphne se rindió casi de inmediato y quiso tentarle: “¿Qué haremos ahora? ¿Descansar?” Vasile volvió a reírse. —Levanta. Vas a mancharte el vestido. Daphne se lo quitó de un gesto. —Guárdalo en tu cartera. Oye, me siento muy viva después de lo de ayer. Quiero vaciarte, antes de nada. Mi sexualidad está a flor de piel, pero quiero comprobar que realmente te gusto. Le cogió las manos y se los llevó a sus pechos. Le obligó a quedarse ahí mientras se besaban. Cuando él trataba de llevar las manos a otro sitio, ella se los ponía otra vez en el mismo lugar. No tenía tiempo para largos preludios. Mientras le besaba el cuello le dijo: “Quiero que me toques el culo y los pechos. Luego te contaré cómo me gusta que me lo ...
    ... hagan, pero sólo si ya has eyaculado en mi boca. Te doy diez minutos para terminar de comprobar si te realmente te gusta mi cuerpo.” Vasile estaba relamiéndose de gusto. Nunca había encontrado una mujer que fuese tan directa. Debía ser verdad eso de la adrenalina y el peligro. Los pezones eran perfectos. Los pechos turgentes y las nalgas querían sentir como se movía cuando la penetrase. Pero si una mujer te quiere vaciar en su boca ¿cómo negarse? No terminaba de atreverse. Ella le volvió a poner las manos en las tetas. —Veo que no quieres vaciar. Hagamos un trato. Siempre que quieras puedes usar mi boca, sin necesidad de cortejos o preámbulos. Cuando confíe en ti y vea que realmente te gusto, te diré lo que a mí me pone. Pero quiero que siempre que quieras vaciar lleves el pene a mis labios sin cortarte. No me gustan los hombres tímidos ni recatados. Quiero alguien que sepa imponerse. Vasile decidió que ya bastaba de esperar. Eyaculó en cuanto los labios rodearon el pene. Ella no pareció molesta, más bien lo contrario. Cuando hubo acabado de tragar todo el esperma le preguntó: “¿Te gusta la idea de besarme sabiendo a esperma? ¿O prefieres no hacerlo? Vasile no quiso contestar. Quizás no le gustaría que fuera sincero. Ella entendió con su silencio que no le gustaba. Daphne siguió preguntando: “¿Y mi vagina húmeda? ¿Te gustaría saborearla?” A Vasile le cambió la cara. Estaban en una zona poco iluminada y aun así a Daphne no le costó demasiado ver el cambio de su expresión. —Esa idea ...
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