Dominio en un despacho
Fecha: 31/05/2019,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... su semanada , o cuando condescendía concediéndole un día libre o aconsejándola acerca de alguna cuestión personal. Pues dentro del horario laboral , paradójicamente nuestra relación era francamente cordial y , al menos así me gustaba verlo a mí , me correspondía con cierto afecto. Lo cual era un acicate para mi delirio y un incremento de mis torturas , pues no sabía cómo satisfacer mis deseos sin romper las reglas sagradas de separar trabajo y placeres. Podrás adivinar que un día las cosas tomaron un rumbo inesperado. Era una tarde de viernes, tras una dura semana de trabajo que tocaba a su fin ; y al repertorio de imágenes placenteras que me había regalado sin percatarse se había añadido las de contemplarla con su ajustado pantalón de lino recitando sus caderas y susurraba a mi vista la contenida feminidad de sus nalgas ; llevaba una hora seguida a contraluz del ventanal , y me regalaba fugaces secuencias de su lencería íntima , de un opaco color negro ciñendo su piel débilmente bronceada. Sin poder evitarlo , hice un chiste malintencionado sobre su pantalón y lo deliciosamente revelador de su magnífica región pélvica ; su respuesta fue un profundo rubor que ocultó apresuradamente mientras salía de la oficina tartamudeando nerviosamente que era hora de preparar el café. Mas con tal precipitación que , azorada , tropezó con un anaquel atestado de archivadores y provocando su caída sobre mí sin poder apartarme. Rodamos los dos entre papeles , y , superada la sorpresa ...
... inicial , gocé plenamente de su sensual inmediatez reaccionando con una rápida erección. Aturdida por el golpe tardó en percatarse de la situación y reaccionó rechazando el contacto que yo estaba manteniendo indolentemente , pero su determinación no lo era tanto como la mía de mantenerla en tal proximidad ; con los dos de rodillas en el suelo , alcé su cara aniñada para ver que un hilillo de sangre bajaba por su labio y un moretón surgía de su frente ; su cara ardía de sonrojo y quiso rechazar la caricia , mascullando nerviosamente que no tenía importancia ; con el corazón palpitándome como un loco , tuve una rápida erección ;la entrepierna me ardía y pugnaba por manifestarse , panorama entrevisto sesgadamente por ella al bajar la vista ; ese segundo en que , desorientada más por el sonrojo que por el golpe , se agarrotó su voluntad , me permitió tomar la iniciativa. Inclinándome sobre ella rocé con mis labios sus sienes mientras asía sus brazos inmóviles en sus costados ; esperé una reacción por su parte , pero solo sentí que su corazón se aceleraba ; mi lujuria aceptó su pasividad como un reto . Más nervioso yo que ella , deslicé mi mano derecha bajó hasta su cadera para rodear su delgada cintura y aproximarla a mí a la vez que alzando su barbilla , empecé a besar su rostro ; ella no respondía a mis caricias , y decidí no precipitarme , pasando varios minutos de besos breves por su dulce cara con su pelo ensortijado entre mi mano izquierda ; empezó entonces a relajarse pero sin ...