Confidencias 06 Eduardo la tiene gorda
Fecha: 04/06/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... lo que te pida con ganas y sin poner mala cara. ¿Me lo prometes? -Sí papi, prometido, estarás contento porque voy a ser bueno y haré lo que Eduardo quiera. -Así me gusta, cariño, sumiso y obediente como una nenita servicial, dile como te gusta lo que te haga y que lo hace muy bien. Volvió a besarme y el señor fue hasta la puerta con él. Estaba solo, ahora definitivamente, esperando lo que tuviera que suceder. El señor esperó mirando una pantalla como el coche de papá llegaba a la verja de hierro y entonces él la abrió para que el coche saliera, le miré cohibido y temblando ligeramente. -Ven, sígueme, te están esperando. Le seguí por un pasillo muy ancho, que no lo parecía porque también era largo, luego torcía a la derecha. Nunca podría salir de allí si ellos no querían. Abrió una de las puertas y se quedó al lado para que yo pasara. Adri mi amor, te voy a describir lo que vi y que me gustó, no esperaba que la casa por dentro fuera así, se la veía hermosa y grande, al llegar a algunas partes ya las conocía de antes y las imágenes volvían a mi mente, pero toda esta zona era desconocida por mi hasta ahora. Estaba en una habitación enorme, enfrente de la puerta había una pared de cristal, detrás de ella una piscina interior y más allá, otras cristaleras que daban al jardín. En el recinto primero, donde entré a la izquierda y al fondo había máquinas, como si fuera una sala de gimnasio, con tres camillas de masajes como la del salón de belleza de Adrián y articuladas porque alguna ...
... estaba doblada, bancos alargados altos y otros aparatos difíciles de describir, luego una zona de asientos, sofás con espaldares y sin ellos, a la derecha una zona de juegos de mesa, con ping pong y también asientos. En esa zona estaban tres chicos, dos de piel blanca y uno de ellos era negro, los blancos podían tener mi edad y el moreno era mayor, los tres eran delgados, el moreno muy, muy delgado con los músculos muy estirados, los tres llevaban puesto un pantalón hasta los pies, parecía de encaje, muy fino y con hilos que brillaban sobre el color gris del tejido casi transparente, se les veía el cuerpo desnudo y estaba sujeto en la cintura por una tira del mismo material, de la cintura para arriba estaban sin ropa, me sentí un poco ridículo vestido de colegiala, como un poco cutre. En un sillón al otro lado, estaba el tío Eduardo y otro señor, llevaban puesto un albornoz verde claro y el pelo lo tenían mojado como si terminaran de volver de la piscina. Los chicos miraban una especie de tablet y los dos hombres bebían de unos vasos altos al lado de una enorme pantalla de plasma que ocupaba la mitad de la pared enfrente de ellos. Los diez ojos se clavaron en mí cuando aparecí en la puerta y me quedé allí quieto, observado en un segundo lo que tenía a mí alrededor. -Oriol, pasa, ven hijo. El tío Eduardo me sonreía como siempre hace él y se le estiraba el bigote. Llegué donde él y miré al otro señor. -¿No vas a besarme? Me sujeto del hombro para acercarme a él y darme un beso ...