1. La iniciación anal de Camila


    Fecha: 03/11/2017, Categorías: Confesiones Sexo con Maduras Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    Regresé a la noche y Carolina se encontraba en la cocina preparando la cena. Al llegar a la cocina y verla me pareció que solo tenía un top blanco pues estaba con calzas color carne, tan ajustadas a su cuerpo y sin bombacha, lo que comprobé enseguida, que parecía una segunda piel. No bien sintió que yo ingresé a la cocina, sin dirigirme una palabra, comenzó a menear su culo. No bien llegué a su lado la rodeé por la cintura y bese su cuello. Ella pegó su culo contra mi pija e hicimos movimientos como de coito a pesar de llevar nuestras ropas colocadas. Yo ya estaba convencido que si bien podía serlo, no era mi hija, y a pesar de ser la hija de mi pareja, era una mujer ¡Y qué mujer! por lo cual no me importaba cogerla, es más disfrutaba haciéndolo, tanto o más que hacerlo con su madre. Ella me dijo “¡Que ganas tenía de que vinieses!” Y yo le dije “Aquí estoy, dispuesto a cogerte bien fuerte” Ante lo que solo dijo “¡Hacelo!”. Ni lerdo, ni perezoso, le baje la calza, confirmando ahí que no me había equivocado ya que al bajarle las calzas pude ver su rosada y depilada vagina, saque la verga de mi pantalón y reclinándola sobre la mesada de cocina, de forma tal que su concha me apuntase, comencé a refregar mi pija contra su vagina. No bien la sintió exhalo un gemido y me pregunto “¿Cómo sabias que me faltaba un poco de leche para hacer la salsa? A lo cual riendo le dije “Tu culo me lo dijo”, y ella aplastándolo contra la mesada, me dijo “Después hablaremos de eso, ahora solo ...
    ... cógeme” de agache y empecé a chuparle la concha. No bien mi lengua entro por su cuevita, tuvo un orgasmo, mojando mi cara con su flujo. Ahí me paré y mientras hundí mi cara en su cabello busque que la punta de mi pija, encontrase su mojada caverna y no bien esto ocurrió la deje irse por ella, fue una entrada rápida hasta que sentí como mis huevos tocaban sus caderas, momento en el que la comencé a retirarla lentamente, hasta que la saque casi toda para repetir, durante unos cinco minutos, este procedimiento. Cuando ella arqueo su espalda al tiempo que contraía su vagina y que de su boca emanó un grito, supe que se le avecinaba un nuevo orgasmo, por lo cual procedí a acelerar el mete saca hasta que los flujos que salieron de su vagina resbalaron por sus pierna. Al sentir como se mojaba ni pija, la saqué totalmente de su vagina y haciendo oídos sordos a su pedido de que se la vuelva a ensartar, comencé a recorrer sus labios con la punta de la verga. Ella me la pedía, cada vez con mayor insistencia y yo le decía que la dejase jugar y le pregunté “¿No te gusta cómo juega?” a lo que me respondió que sí, que jugaba muy bien entonces le dije que ella sabía cuándo entrar y se la continúe restregando por sus labios y haciendo que su cabeza jugase con su clítoris, hasta que me pareció que ya estaba a punto y de una sola estocada se la ensarte hasta que sentí como mis pelotas chocaban con sus nalgas, En ese instante, ella exclamó, entre contracciones, “Oh Dios” y se derrumbó en la mesada. Yo ...
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