Camila y su preocupación
Fecha: 05/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Sexo con Maduras
Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos
... otro poco, mucho a fuer de ser sincera, por amor propio, por no querer dar el brazo a torcer. Cuando me di cuenta que ya todo estaba perdido, que no había forma de volver atrás, decidí entonces quedarme sola, hasta pensé en hacerme monja, pero mis amigas me convencieron de que no lo hiciese y que me entregase a los brazos de cualquiera antes de buscar otro novio o de entrar al noviciado. Fue así como tome la decisión de viajar a mi trabajo en el ferrocarril San Martin, en lugar de hacerlo en el ferrocarril Urquiza. Yo trabajo en la zona de Tribunales por lo cual me da lo mismo viajar en uno o en otro, en lo que a tiempo de viaje se refiere, ya que si bien uno me deja en Retiro y el otro en Lacroze. Si bien lo que ahorro de tiempo en el tren Urquiza lo gasto en subte, lo que ocurre es que el viajar es, por lo menos para mí, totalmente distinto, pues en el Urquiza viajo sentada, pues lo tomo en la estación Lemos, que es terminal, mientras que en el San Martin eso es imposible, pues ya llega lleno a la estación San Miguel que es donde lo tomaría. Siempre viaje en el ferrocarril Urquiza, salvo en dos ocasiones en que el mismo no funcionó, y nunca tuve problemas, siempre lo hacía o durmiendo o leyendo, en cambio en el San Martín, como lo hice parada no solo no podía hacer eso sino que tenía que estar cuidándome de los amigos de lo ajeno, los pungas como se los llama, y de los que aprovechan lo apretado que se viaja para dejar volar sus manos y tocar a cuanta mujer pueden sin ...
... importar su estado, color, edad o silueta. Comencé entonces, hace dos semanas, un lunes a viajar desde San Miguel hacia Retiro y la verdad no me gusto porque sentí manos por todo el cuerpo y las veces que protesté, me trataron de loca o me dijeron que era porque el tren estaba lleno y que si quería viajar cómoda lo hiciese en remis. Al día siguiente no quise repetir la situación por lo que volví a viajar en el ferrocarril Urquiza, sentada, pero al otro día recordando, lo que mis amigas me dijeron en lo referente a tener sexo con cualquiera, y teniendo en cuenta que si uno quiere resultados distintos no tienen que hacer siempre lo mismo, volví a viajar en el San Martín, esta vez fui con pantalones y no me importó que me tocasen esa parte prominente de mi figura llamada culo y como a la noche, recordando esos toqueteos me masturbe, repetí el día jueves, día en el cual hubo algunos toqueteos, pero estos cesaron cuando llegamos a la estación Morris pues allí se colocó detrás mío un hombre que, en uno de los tantos bamboleos que hizo el tren, me hizo sentir su verga; esta se apoyó como tantas otras en mi culo, pero en lugar de separarse de éste cuando cesó el movimiento, siguió apoyada en él. Pensé que era porque lo estaban apretando contra mí, lo cual era cierto en parte pero lo cierto es que él deseaba tener su pija apoyada en mi culo. Por el movimiento del tren el roce era muy lindo y noté como se le estaba parando, lo que me calentó, y como yo había ido buscando guerra, al llegar ...