1. Camila y su preocupación


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Confesiones Sexo con Maduras Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    ... golpearon contra mis nalgas solo sentí un pequeño dolor que rápidamente fue reemplazado por un calor que, comenzando en mi vagina, se extendía por todo mi cuerpo hasta chocar con el que emanaba de mis senos que eran succionados por su boca. Cuando su pene estuvo totalmente dentro mío, Nicolás se mantuvo quieto, diciéndome me comenzase a moverme yo cuando ya no sintiese ninguna molestia, ya que eso sería una indicación de que mi vagina se había ya habituado a su pene. No creo que haya pasado mucho tiempo desde que sentí el dolor, que me produjo el rompimiento del himen, hasta que comencé a girar en círculos mis caderas, eso sirvió para que él comenzase el clásico mete y saca que había visto en las películas que empleé muchas veces para masturbarme; lo hacía metiéndomela rápidamente y sacándomela lentamente diciéndome que me relajase cuando la metía y cerrase mi vulva, para no dejarlo salir cuando él la sacaba. Fue a los pocos minutos de hacer estos movimientos que yo sentí mi primer orgasmo con un pene. No fue igual a los que había tenido en mis masturbaciones, fue mucho más intensos y me lamente de no haberlo sentido antes, pero lo pasado no puede volverse a hacer por lo que disfruté de ese orgasmo y me dispuse a disfrutar de muchos más, pero Nicolás, después de dos movimientos, de entada y salida, más me la sacó y tomando mi mano hizo que le agarrase el pene y me dijo mostrándome la mano ensangrentada “Aquí está la prueba de que ya no eres virgen” y me lamió la mano primero ...
    ... y luego hizo lo mismo con mi concha; se tragó toda la sangre que salía de mi concha y su lengua recorrió desde mi clítoris hasta mi ano, introduciéndose en mi vagina, soplándomela y dándole pequeñas succiones a mis labios, no se durante cuánto tiempo lo hizo, solo sé que nuevamente tuve un orgasmo; después del cual él se colocó un preservativo y metiéndomela me dijo que había llegado el momento en que él acabase. Fue ahí en que comenzó a moverse como un poseso y al llegar, haciéndomelo saber con un profundo grito, volví a llegar yo. Ahí me la sacó y tendiéndose a mi lado se sacó el preservativo y, dejando caer en mi mano el semen que en él había, me dijo “así como yo tomé la sangre de tu virginidad toma vos el semen de quien te hizo mujer” y me llevó la mano a la boca para que yo lo tragase, cosa que sin pensar hice. Luego me dio las gracias por haberle dado bolilla y por haberle entregado mi virginidad, a lo que yo le respondí que yo le daba las gracias a él porque me había hecho mujer y me había tratado como creo que se debe tratar a una dama. Él comenzó a succionar mis pechos, no sé durante cuánto tiempo lo hizo, lo que sí sé es que su miembro volvió a ponerse duro, por lo cual se puso otro preservativo y me hizo sentar sobre su palo diciéndome que así podría moverme cuanto quisiese; tuvo razón pues una vez dentro no fue necesario que lo hiciese salir ya que con solo mover mi cadera circularmente, lo sentí en toda mi caverna, por lo cual al poco tiempo logré otro orgasmo; ...
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