Mi hija y el MSN - Parte 3
Fecha: 13/06/2019,
Categorías:
Incesto
Masturbación
Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos
... ti te gustan. Lista para ser servida. - Y qué tal de sabor? -Pruébala y me platicas. -Creo que es mejor que nos durmamos. -Sólo pruébala. Por favor… -Solo para saber a qué huele. Está bien? -Si, solamente. Me arrodillé frente a ella y hundí mi boca en su intimidad. Estaba mojada, caliente y sabía a néctar de amor como lo había comprobado la noche anterior. Con cada golpe de mi lengua, ella gemía y se frotaba contra mi, arqueando su cuerpo. En cada nuevo movimiento, sus reacciones iban subiendo de tono hasta que se notaba que estaba a punto de llegar al orgasmo. Con toda premeditación, paré de pronto. -No pares, por favor. No pares. -Era solo probar. No está bien esto que hacemos. -Estoy a punto papi. No me dejes así. – Mas que una súplica era casi un sollozo. -¿Estas segura? -Completamente. Hazme venir con tu boca, por favor, te prometo que te lo pagaré con creces. . - No creo que esté bien. Mejor trata de dormir y mañana lo platicamos. - No voy a poder dormir así. Mírame. - Tú mírame a mí. – Levantándome y poniendo mi pene frente a ella en todo su esplendor. – Como vas a ayudarme tú con esto? - No puedo, dijo compungida.- No tengo protección y no quiero salir embarazada. - Tienes razón. Discúlpame por todo. – Dije acostándome y dándole ahora yo la espalda a ella. - No te enojes, por favor. – Me dijo ella abrazándome y pegando su cuerpo al mío. – Es sólo que por hoy no puedo. Mañana será distinto… - Porqué? - No te lo puedo decir - Entonces no tengo mas que hablar. Buenas ...
... noches. - No. Puedes voltearte y abrazarme. Lo harás? - No puedo. Estoy demasiado excitado y no quiero cometer una torpeza. - No lo harás, confío en ti. Por favor. – Suplicó Finalmente me di la vuelta para abrazarla y ella me dio un tierno beso en los labios. Yo le correspondí metiendo mi lengua profundamente en su boca. Al tenerla abrazada, sentí como su cuerpo se estremeció por el contacto de mi beso apasionado. La besé en el cuello con la misma pasión y poco a poco me fui girando hasta quedar encima de ella por completo mientras no parábamos de besarnos. Por el movimiento y mi giro, mis piernas quedaron en medio de las de ella, sus senos apretados a mi pecho y mi pene a escasos centímetros de su vagina. Mientras le besaba de nuevo lo apreté contra su pubis y ella dio un respingo. Volví a tomar su boca y dejé de nuevo que mi lengua la penetrara haciendo añicos su escasa voluntad. Mis manos recorrían su cintura y me acomodé un poco mejor para bajar mi pene hasta la entrada de su cuevita. Sentí los abundantes jugos de su sexo mojando el glande de mi pene. Solo tendría que hacer un pequeño movimiento y mi pene estaría finalmente dentro de ella. No, por favor no lo hagas. – Me dijo en un susurro. No lo haré, confía en mi. – Le dije y ella me besó de nuevo. Confío en ti, ayúdame por favor. – Me dijo como en un lamento. Si mi princesa. – Le dije besándola nuevamente Seguí moviendo mi pene por fuera de su cuevita sin penetrar en un suave vaivén. Ella solo hacia sonidos guturales, ...