La reeducación de Areana (14)
Fecha: 17/06/2019,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
-Ya veré ese hermoso espectáculo. -Che, te comento que mañana quiero llevarme a la perra Eva a casa para usarla como sierva, porque mi mucama está con gripe. ¿Puedo? -Claro que sí. No hay ningún problema. Que se deslome trabajando y si flojea o comete algún error, dale con el cinto. -Por supuesto, además me la voy a coger hasta por las orejas a mi “amiga”. –dijo Elena y soltó una risa perversa. ……………. Al día siguiente, a las 12 del mediodía, Elena pasó a buscar a Eva. Madre e hija estaban en la cocina comiendo algo en sus cuencos, desnudas, en cuatro patas y con sus collares. Cuando vieron a la dómina ambas saludaron casi a dúo: -Buen día, señora Elena. -Vos seguí comiendo, cachorra. Pero a ver, ¿han meado y cagado como les ordené? -Sí, señora Elena, no se nos ocurriría nunca desobedecer una orden. -Muy bien, putita, muy bien. –dijo Elena muy complacida y deslizó una larga caricia por el lomo de la cachorra. Luego, dirigiéndose a Eva preguntó: -¿Y vos, perra? ¿pensás lo mismo que tu hija? -Claro, señora Elena… las dos somos perras muy obedientes… -Bien, perra Eva, muy bien. –aprobó Elena y le acarició la cabeza sintiendo, excitada, que de verdad estaba ante dos perras con cuerpos de mujeres. Pensó en lo que les esperaba al día siguiente y luego le ordenó a Eva: -Echate algo encima, puta, y esperame en el living que nos vamos a casa. –la mujer salió de la cocina en cuatro patas para dirigirse a su dormitorio y Elena encaró a la sumisita. -¿Estuvieron cogiendo, nena puta? -Sí, ...
... señora Elena… -contestó Areana luego de una breve pausa. –Pero le pedimos permiso a nuestra dueña… -¿Y cómo fue eso de la cogida? -Es que… nos calentamos cuando… cuando fuimos a hacer pis y… y nos vimos una a la otra orinando como… como las perras… Eso nos… nos excita mucho, señora Elena… Mamá hizo pis primero y yo… yo le limpié la… la concha con la lengua, como usted nos enseñó… Y después oriné yo y mamá me limpió… Estábamos ardiendo y… y entonces mamá llamó a la señora Amalia y… y la señora nos dio permiso… -Muy bien, me imagino que también cagaron. -Sí, señora… -contestó la cachorra sintiendo que las mejillas se le ponían rojas de vergüenza. -En el cajón, como yo les ordené. -Claro, señora… -Lo que no les dije es cómo limpiarse el culo. ¿Cómo lo hicieron? -Nos metimos… en la bañera, señora y… conectamos una manguera que tenemos a la canilla y nos limpiamos así… ¿Está bien, señora Elena?... –preguntó ansiosa la sumisita. -Está perfecto, pero a partir de ahora quiero que cuando una cague, el culo se lo limpie la otra con la manguera. La que haya cagado se pone en cuatro patas en la bañera, con la cara en el piso, y se entreabre bien las nalgas para que la otra le mangueree el culo. -Sí, señora, vamos a hacerlo como usted dice… Elena sonrió, satisfecha, al imaginar que de esa forma ambas se excitarían y terminarían cogiéndose, lo cual favorecería el objetivo de tenerlas siempre calientes y emputecerlas y pervertirlas cada vez más. -¡¿Estás lista, perra Eva?! –preguntó Elena ...