Recuerdos con mi hermana
Fecha: 18/06/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos
... abuela, no me gusta cuando llega su viejito ¿Crees que papá conserve esta casa cuando la abuela ya no viva? ¿Por qué lo dices? Pues no se, es que papá es infeliz aquí, quiero decir en la ciudad ¿Y tú no? Me gustaría conocer otras ciudades o ir con papá a Tijuana aquí es muy aburrido, no hay nada. Lora cruzó sus piernotas y la Luna generosamente se abrió paso entre las nubes negras para que pudiera yo verla bien. Hermana, que buena estás ¡De verdad! ¿Soy guapa? ¡Mucho! ¡Ven tonta, besémonos! Ni tardo ni perezoso obedecí dándole un largo beso metiendo mi lengua en su preciosa boca. Era experta Lora en besar. Me puso su mano izquierda entre las piernas empujando la minifalda que yo llevaba puesta y acariciando mi paquete. Yo luego luego le metí mi mano derecha entre sus piernas buscando con desesperación su rica y húmeda vagina, separó un poco sus piernas y de dejó dedear a gusto. Luego se hincó enfrente de mí que me hallaba recargada en el filo de la vieja fuente, me mamó mi pene con delicia y le dije. Lora… Déjame metértelo por favor. Mejor vamos para adentro y seguímos en la cama, no sea que se despierte mi nene. La seguí, nos acostamos uno frente al otro en los pies de la cama, suspirando Lora me dijo… Anda ...
... métemelo… Se bajó rápidamente su pantaleta y yo mi trusa y mi pene erecto quedó frente a su vagina, así de ladito cuando ella separó su pierna izquierda hacia arriba le empujé de un jalón mi pene, se giró quedando hacia arriba y levantó esas hermosas piernotas abriéndose como nunca pensé que se podía abrir una mujer. La bombeé una y otra vez hundiéndome en ella y besando su cuello y sus hombros desnudos, sus pechos llenos de leche y nos venimos al mismo tiempo… Lora me vine, sí puta madre… voy a lavarme. La acompañé a la fuente es que no podíamos ir al baño sin despertar a la abuela. Otra vez allí en la fuente Lora se recargó en la fuente y con la mano se lavó la vagina. Puta madre ¡Esta bien fría el agua y verde! Tráeme agua limpia tonta, ordenó, fui a la cocina y tomé un trasto con agua limpia y se lo llevé, el bebé comenzó a llorar y me acosté junto a él arrullándolo, Lora entró y le dio de mamar, recosté mi cabeza en sus húmedas piernas y en cierto momento al separarlas le metí la mano, aún estaba ella sin pantaletas, comencé a acariciarle la vagina y luego me acomodé mejor para besársela, ella alzó las piernas abierta y se vino mojándo mi cara, creo que se orinó de placer. ¡Ay Lora… qué tiempos aquellos!