Conchita y su disfraz
Fecha: 20/06/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos
Conchita era una muchacha alta, morena y guapa. Que había recibido una buena educación en un colegio de monjas. Su madre, Concepción, una morena de buen ver, era una mujer católica, de misa dominical, confesión semanal y fiel a su marido. Era la esposa perfecta. Su padre, Federico, era un hombre, alto, moreno, de complexión fuerte y admirado por su rectitud. Decían de él que era el marido que toda madre querría para su hija. Carnavales 2017. Conchita con su disfraz de Caperucita Roja estaba arrebatadora. La minifalda era tan corta que no se le veían las bragas porque las llevaba tapadas con unos pantis rojos. El escote era brutal. Mostraba la mitad de sus grandes tetas, si a esto añadimos una peluca rubia, sus piernas largas, delgadas y moldeadas, y su careta de Anonimus, más que a un baile de carnavales se diría que iba en busca de un lobo para que la devorase. Su padre y su madre se habían disfrazado en las casas maternas, él, de mujer, con la careta de Megan Fox y ella de hombre, con la careta de Donald Trump. El baile se celebraba en el local de pueblo y Caperucita Roja era el centro de atención. Todos y todas querían bailar con ella, y es que a la gente le das una careta y salen folladores, maricas y lesbianas hasta de debajo de las piedras, y estoy hablando de gente de pueblo, de un pueblo que hace nada era una aldea. Después de bailar con Pluto, Mickey Mouse y Peter Pan, a Caperucita Roja la llamó a bailar Donand Trump, que bailando el agarrado, y apretando tetas ...
... contra tetas, le preguntó: -¿Follaste con alguna mujer? Caperucita Roja reconoció la voz. Casi le da la risa. Negó con la cabeza. Donald Trump, le susurró al oído: -Entonces no sabes la maravilla que se siente cuando una mujer te la come y te corres en su boca. Caperucita Roja guardó silencio, pero se estaba excitando. -¿Quieres que te la coma? Siguió en silencio. -¿Te la podía comer en el lavabo? ¿Te espero? Acabó la canción y Donald Trump se fue al servicio. Caperucita Roja, calentita, se sentó en una silla esperando que la orquesta empezase a tocar de nuevo. Al empezar a tocar, a Caperucita Roja la llamó a bailar Megan Fox. Bailando pegados sintió la polla empalmada de Megan rozando su coño. -Tienes un polvazo, Caperucita. Caperucita Roja, al reconocer la voz, no salía de su asombro, aun así, sonrió. -¿Te animas a echar un polvo? Te garantizo dos orgasmos. Guardó silencio, pero la polla de Megan rozando su coño la puso más caliente de lo que ya estaba. -Tengo fuera el coche. ¿Vienes? En ningún momento le contestó. Durante toda la noche, Donald Trump y Megan Fox bailaron varias veces con Caperucita y le fueron calentando la oreja, más, más y más... A la sexta vez que bailaba con ella, Caperucita Roja, mojada, muy mojada, siguió a Donald Trump al lavabo. Donald, le puso a la puerta el pasador. Arrimó a Caperucita contra la pared, le bajó los pantis y las bragas, subió la careta, y sin decir palabra le comió el coño. A Caperucita era la primera vez que le comían el coño, y en ...