El señor Manuel (V) - Relatos Eróticos

El señor Manuel (V)

... para no hacer ruido al cerrar, que Manuel ronca.Iba a ponerme el camisón, pero José me dijo:- No seas tonta, que está durmiendo, y apenas hay luz. Y si te viera, seguro que se llevaba una vista preciosa.Fuimos a la cocina a por la fiambrera y las llaves sin hacer ruido. Y al pasar por delante de la puerta de su habitación, José se paró, y me paró a mí.- Mira a Manuel como duerme, me susurró al oído.Y al asomarme desde el pasillo pude ver cómo estaba nuestro vecino solo con el pantalón del pijama, pero se debía haber soltado el botón, y estaba como cuando le vi de mad**gada, con sus partes fuera. Sus huevos eran más grandes que los de José, y su polla no estaba empalmada del todo, pero había cogido algo de tamaño mientras dormía, y parecía también mayor que la de mi marido.Me puse nerviosa y tiré de José para la cocina dándole la fiambrera y las llaves, y queriendo volver a la cama, ya que estaba solo en bragas.Le acompañé hasta la puerta de la calle a empujones, ya que me sonreía con malicia, y al llegar a la puerta, me dijo:- Vaya calentura con la que me voy. Me pone un huevo dejarte a solas con Manuel, y los dos ...

... semidesnudos.Mientras yo le daba un empujón sin hacer ruido y con cara de enfado. Y según salía por la puerta, y yo me escondía tras ella para que no me viera nadie que pudiera pasar por el rellano, se volvió a acercar, me llevó mi mano a su paquete, y ahí estaba una buena empalmada de José.- Disfruta y descansa. - Me dijo mientras se iba y yo cerraba la puerta con sigilo.Otra vez estaba yo con mi chocho chorreando, y al pasar con mucho cuidado por delante de su habitación, no sé qué me sucedió, pero me paré a observar. Allí estaba roncando, con sus partes fuera, y su polla estaba erecta por fases del sueño, o eso pensé y pienso a día de hoy. Era impresionante, por lo menos tenía 20 cm, cuando la de José es de 15 más o menos, y también más gruesa. Estuve mirando con la poca luz que entraba como más de 15 segundos antes de regresar a la cama.Me tumbé sobre la cama, me quité las bragas, y con la calentura que tenía, agarré un vibrador con el que me gusta jugar, y lo apoyé sobre el clítoris, hasta tener una tremenda corrida. Me quedé tan relajada, que sin darme cuenta caí dormida en esa tesitura, desnuda, sin bragas, y con la puerta abierta.(Continuará).