Florencia, sobrina - Relatos Eróticos

Florencia, sobrina

... dormitorio a cambiarse de ropa. En el baño, encontré un canasto para la ropa sucia y al levantar la tapa para curiosear, vieja costumbre mía, me di con una bikini que seguramente mi sobrina había dejado por la mañana. No resistí la tentación de tomarla para registrar sus olores, éstos me agradaron y me despertaron la libido. Después de olerla durante un par de minutos y pasarle la lengua en la parte que cubre la vagina, abandoné el baño muy caliente.En seguida apareció Flor luciendo un juego deportivo que le quedaba muy bien. El buzo le marcaba los senos y el pantalón su lindo culo. Le pedí unas copas para beber el cava que previamente había descorchado, y nos sentamos a conversar de temas varios sobre nuestros trabajos y referencias a la familia.En una pausa de la charla, Flor puso a funcionar el equipo de sonido con temas muy suaves y melódicos. Copa va, copa viene nos empezamos alegrar. Flor me invitó a bailar unos temas lentos. Como el espacio no era muy grande, prácticamente lo hicimos en un sitio reducido, abrazados apretándonos. Casi sin darme cuenta empecé a empalarme, y mi sobrina al comenzar a sentir el roce de mi verga, en lugar de separarse, se acercó más a mí, ubicando mi pene en su entrepierna. Alentado por esa jugada, le di unos besos en su cuello, que la calentaron un poco más, pues se pegó mucho más a mi cuerpo.A partir de allí lo que vino fue un torbellino de pasión amorosa. Mis manos se deslizaron para menear sus nalgas, a lo cual Flor respondió dándome ...

... un cálido beso en mis labios. Ese beso inicial dio paso a otros más apasionados. La tomé de su nuca para besarla más profundamente y su boca se abrió a mi lengua para jugar ambas entre sí durante un largo rato. Ambos estábamos entrando en el estado de inconsciencia previo a las situaciones más importantes.Cuando nos pudimos separar nos miramos a los ojos como preguntándonos que haríamos a partir de allí. Dejamos el baile.y nos sentamos un sofá para seguir abrazándonos y besarnos. Del abrazo pasamos a las caricias. Mis manos se posaron sobre su pecho para magrear sus tetas y a decirle al oído lo mucho que me gustaba. De Flor solo se oía una respiración profunda, amén de algunos jadeos y suspiros. Levanté sus brazos y le quité el buzo para liberar sus senos del corpiño dejando a la vista un par de tetas blancas hermosas de regular tamaño, y rematadas por aureolas rosadas y unos grandes pezones, que por su de estado de excitación, estaban duros. Los chupé y mordí durante un buen rato. Mientras hacía esto, me preguntaba que designo extraño me había dado esta oportunidad de un juego sexual con mi sobrina.Flor, a su vez no se quedó quieta porque una de sus manos se deslizó por mi pantalón y se adueñó de mi verga para apretarla y acariciarla. Volvimos a besarnos con pasión durante varios minutos hasta que Flor me miró con sus hermosos ojos y señalando el dormitorio me invitó a ponernos de pie. Me tomó de la mano y me dijo…vamos?...Una vez allí, empezamos a quitarnos la ropa hasta ...