Despertar
Fecha: 24/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... atención y fue al dormitorio de su primo, que una vez más estaba con la pija dura en la mano. Siempre era a la misma hora. Rocío los veía desde el baño sin que advirtieran su presencia y siguió contando: -Mamá se fue derechito a él diciéndole: ¿estás jugando bebé? Dejame a mi. Entonces le agarró la pija que estaba dura y parada, se la movió un poco y antes que largara su leche blanca, se la metió en la boca bien adentro, un ratito, hasta que él comenzó a sacudirse y jadear y mamá a tragar lo que él largaba en la boca. No se la soltó, ni se la sacó de la boca hasta que mi primo quedó despatarrado en la cama acezando. Después mamá se levantó y se fue a tomar mate con papá y los tíos, sin decir agua va. Se ve que a las mujeres grandes les gusta la leche de los varones-. Sentenció. La ansiedad se apoderaba de nosotros. Rocío nos siguió contando que le había preguntado a su mamá si se tragaba lo que largaba su primo. Su mamá quedó de una pieza cuando le preguntó, pero después, tras prometerle que no diría nada a nadie y que no comentaría, su mamá le dijo que si. Las enseñanzas de las chicas no cayeron en vano. César se puso de pie, diciendo que habría que ver y le pidió a Delfina que se la bese como lo vio hacer a su hermana, para que todos puedan saber cómo fue. Además tenía que decir si le gustaba. Ella dudó apenas, se acomodó frente a él, le sobó un poco la pija que le había sacado del traje de baño y se la metió en la boca chupándola torpemente hasta que consiguió hacerlo ...
... acabar y tragó todo, para finalmente limpiarlo y dejarlo con el pito muerto. Nos miró a todos con orgullo poco disimulado y con la pija en la mano aun, dijo: -Es riquísimo-. Rocío quiso hacer lo mismo con Hernán, pero él no quiso. Entonces lo buscó a Adolfo y se aplicó a acariciarlo y chuparle su pijita, buscando que acabara en su boca. Yo quedé apartada a un lado, pero se me había arrimado Pedro que me tenía abrazada y me acariciaba el pecho e hizo una caricia en la cara, mientras yo tenía su pija en la mano acariciándole la cabecita. Yo no quería ser menos, me agaché y la metí en mi boca sin correrle el cuerito. La chupé cuidadosamente, hurgando con la lengua dentro del cuerito para acariciarle la cabecita, hasta que acabó en mi boca; yo no dejé escapar una gota y me tragué todo. Tenía un gustito salado pero no me pareció tan rico como dijo Delfina. Cuando fueron acabando, las chicas fueron diciendo y comentando de los gustos. En los días siguientes siempre fue así. Casi fue una costumbre porque después de chupar cualquiera de las pijas y tragar la eyaculación, las chicas decían sus comentarios: Es más rico que el de Joaquín; el de César es más espeso; El de Pedro es más abundante; El de Adolfo es más salado; y así todo tipo de comentarios, no siempre fundados, pero que se consideraban como obligados y propios de mujeres cancheras y sabedoras. Felicitas y Rocío, presumían de ser las mejores en esto de chupar pitos y tragar volcadas; a medida que fueron perdiendo la vergüenza, ...