1. UNA HISTORIA DE AMOR FILIAL. (2)


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    ... su mami como jaco tras jaca “movida”. Vamos, que al futuro anacoreta capón no le faltaba más que sacarse la “herramienta” y cargar sobre su querida “mamuchi” a la bayoneta calada. Pero resultaba que la muy querida y perseguida “mamuchi” era maestra en eso de dar con la puerta en las narices al “semental” más “salido” y bravío en ciertos momentos y, ante tamaña especialista, el pobre Danielito lo tuvo claro. Pero lo peor era que, la muy eso, unía la befa y el ludibrio a la afrenta, pues cuando ella escapaba dejando a su sufrido hijo con los pies fríos y la cabeza más caliente que el hierro al rojo mayor, la muy “eso”, encima se le reía en las narices, y poco faltaba para que le soltara aquello de “A que no me coges, a que no me coges”… En fin, que aquello se prolongó no poco rato hasta que la “general en jefe” tuvo a bien concederse un descanso, con lo que, eso sí, colgadita del brazo de su galán, como ella llamaba esa noche a su “rorro”, se dirigieron los dos a su mesa con la respiración ni se sabe cuánto de atascada y acalorada. Una vez en la mesa volvieron a llenar las copas con lo que la botella quedaba más o menos finiquitada. Allí la “danza” de los equívocos continuó, pues mamá no tuvo ocurrencia mejor que descalzarse y refregar su pie enfundado en media de seda sobre toda la extensión de la entrepierna de su sufrido “niño”, que respondía con verdaderos sudores al maternal magreo. El quiso acortar distancias de cara a un violento cuerpo a cuerpo bajo el signo de Eros y ...
    ... Venus, pero la “gatita” se le volvió a escapar en aquel juego de “A que no me coges, a que no me coges” que a Daniel le tenía ya algo más que frito, pues “mamuchi” se le escurrió por entre las manos, pasando a ocupar la silla que antes él ocupara frente a Elena. El “juego” se acabó cuando a la orquestina le dio por atacar oteros ritmos del más que “caliente” mar Caribe: Son cubano, guaracha, cumbia, merengue… Una vez más Elena se llevó a Daniel a la pista y de nuevo a bailar separados, luciéndose ella en todo su esplendor, pues lo cierto es que parecía que para eso había nacido, para bailar. Y otra vez el “juego”; otra vez Daniel, más quemado que un tizón, intentando acorralar a su madre y de nuevo su madre burlándole con risas que a veces se convertían en carcajadas, con lo que el pobre hombre acababa aún más quemado. Menos mal que esta vez la “tortura quemadora” acabó algo pronto, pues apenas duró media hora. Poco más en todo caso, acabándose de momento la música en descanso de diez o quince minutos. Con la botella de champán casi acabada, Elena pidió un segunda que no llegaron ni a abrir pues cuando el camarero dejaba la botella en su cubo de hielo y la sempiterna servilleta anudada al cuello de la botella, la orquestina acabó su descanso de breves diez-doce minutos, rompiendo con una serie de piezas lentas, románticas… Para parejitas… Ahora fue Daniel quien primero se levantó, tomó de la mano a su madre y la condujo a la pista, entre las risas de ella Alcanzaron la pista y ...
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