Compañeros de trabajo
Fecha: 26/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... de arriba del bikini, pero él se cortó, y se le notaba en la cara enrojecida. No comentamos nada más, me puse el vestido blanco encima y nos bajamos a desayunar. Durante el desayuna se podía adivinar sin demasiado esfuerzo quienes eran los tres que la noche anterior habían alargado la juerga, así que esta vez les tocó a ellos ser el blanco de las bromas. Nos dirigimos a la playa y una vez allí elegimos un sitio que estaba cerca de un chiringuito, alguno quería seguir la juerga nocturna de día y en la playa. Tenía un gran dilema en mi cabeza, me quitaba o no me quitaba la parte de arriba del bikini. La playa estaba repleta de chicas sin la parte de arriba del bikini, practicando lo que se llama top-less, y yo misma lo practicaba habitualmente, además, a mí no me gustaban las marcas que se quedaban en mi pecho debido a la parte superior del sostén del bikini. Finalmente, y viendo las miradas que me dedicaban mis compañeros, decidí no quitármelo, quizá mañana, pensé. Comprobé que muchos de ellos me miraban a hurtadillas y pasaban largos ratos tumbados boca abajo, sin darse la vuelta, para a continuación levantarse de espaldas a mí e ir rápidamente a bañarse. También comprobé como cuando yo me metía al agua, eran mayoría los que se bañaban a la vez. Sin duda los tenía muy excitados, y algunos aprovechaban los juegos acuáticos para rozar mi piel en incluso meterme mano más o menos descaradamente. El día de playa transcurrió sin más sobresaltos, y por la noche salimos dispuestos a ...
... llegar muy tarde (o muy temprano según se mire). Pero no pudo ser, una de las ensaladas que tomamos estaba demasiado aliñada, y me empezó a repetir en el estómago, con lo cual no me sentía bien, así que a las 3 de la mañana me fui al hotel, me acompañaron Carlos y Pedro. Les dije que no hacía falta que me acompañaran, pero insistieron, y además me comentaron que ellos también estaban un poco cansados y que ya había sido suficiente juerga por esa noche. Nos despedimos, nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones y me metí al baño. No lo pude evitar, y vacié todo lo que había cenado en el retrete. Me lavé dos veces la boca para quitarme el amargo regusto que me quedaba y me metí en la cama. Mañana sería otro día. Eran las 12 del mediodía, y un rayo de sol impactaba en mi cara, había dormido plácidamente, pero el comedor estaba cerrado, así que decidí desayunar en el chiringuito de la playa. Desayuné y vi a Carlos y a Pedro que estaban ya bajo una sombrilla. Me preguntaron si me encontraba bien y les dije que sí. Ese día no me lo pensé, me tumbé al sol boca abajo y me desaté la parte de arriba del bikini, me la quité y pude ver como la cara de los dos chicos se iluminaba. Me di la vuelta y a los pocos minutos Pedro salió raudo a bañarse, el bañador delataba el calentón que llevaba, mis pechos se veían espléndidos y habían provocado una reacción fisiológica inevitable para él. Carlos había tenido la misma reacción, pero supongo que le daba corte ponerse de pie para dirigirse ...