Mi vecino ahora es mi dueño - Relatos Eróticos

Mi vecino ahora es mi dueño

Mi vecino ahora es mi dueñoAl día siguiente de haber sido sometida a los deseos de mi vecino David y de que me chantajeara amenazándome con contarle todo a mi marido; caí en la realidad de lo que había vivido: había sido objeto de una completa manipulación por parte suya. Sentí en mi interior crecer el enojo, a pesar de que David me había cogido como nadie y me había hecho gozar como a una perra entre sus manos…Cuando Víctor regresó, todo pareció volver a la normalidad; yo dejé de pensar en la enorme verga de David y dediqué todas mis energías a coger con mi adorado esposo.Unas noches después, salí a cenar con Víctor y nos cruzamos en la puerta del edificio con David. Mi esposo no notó nada raro; apenas se saludaron con indiferencia, como era habitual entre ellos.Pero mientras Víctor abría la pesada puerta de entrada, giré para mirar a David y él sacó su lengua y la movió de un lado a otro sin dejar de mirarme fijamente, imitando burdamente el sexo oral.Esa noche me costó conciliar el sueño, a pesar de una increíble sesión de sexo salvaje que tuve con Víctor. Seguía soñando despierta con esa tremenda verga de mi vecino, mientras me la metía por todos los orificios de mi cuerpo y me decía que sería su puta para siempre…Por la mañana despedí a mi esposo después del desayuno y decidí subir al departamento de David, para encararlo y terminar con todo ese tema.Golpeé durante varios minutos su puerta, hasta que por fin apareció.“Ah, ya sabía que ibas a venir por un poco más…” Dijo ...

... socarronamente.“Tu verga no es lo único en que pienso… qué te creías?” Respondí.Su burla me pareció insoportable e intenté darle una cachetada.Con extrema habilidad, David detuvo mi mano en el aire tomándola por la muñeca y con el mismo envión me hizo entrar a su departamento.Inmediatamente intenté otro golpe con mi mano libre, pero de la misma forma, el muy turro me inmovilizó nuevamente en el aire.Me arrastró sobre su cuerpo y me comió la boca en un beso profundo.Pataleé y traté de patear sus pies, pero enseguida me dominó y volvió a besarme. En otro movimiento rápido me hizo girar nuevamente, esta vez apoyando su ya dura verga contra mis nalgas. Traté de resistirme, debatiéndome con furiosos movimientos. Pero sus poderosos brazos me mantenían inmovilizada. Desde atrás me besó el cuello. Entonces me sentí sacudida por un ligero estremecimiento… y para peor, él lo notó…Desde mi cuello subió un poco más, para lamerme un lóbulo de mi oreja, lo cual directamente me provocó una humedad tremenda en mi entrepierna. Mi propio cuerpo ya comenzaba a traicionarme como era su costumbre…Sentí entonces que mis defensas caían rápidamente. Ya ambas manos de David se posaban en mi vientre y me acariciaban a través de la delgada tela de mi vestido…De repente él bajó sus manos hacia mi entrepierna ya indefensa.“No, por favor… te lo pido… otra vez no…”. Le supliqué casi llorando.David ya me estaba acariciando los labios vaginales, a través de mi tanga ya humedecida. Sonrió al notar mi humedad ...