Cuando nadie nos ve (Especial Navideño)
Fecha: 08/07/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Eventualmente_Sexual, Fuente: SexoSinTabues
... la oscuridad gris del cuarto. Todo estaba igual que antes, un colchón tirado al suelo, y un bolso verde con ropa regada en todo el suelo. Al salir del baño, estaba desnudo ¡completamente desnudo! Fue una sorpresa que me dejo helado ahí cerca de la puerta de la habitación. No esperaba que estuviera ahí dentro, demás tampoco había oído algo, y ver su cara, Joan también se ha sorprendido al verme. Inmediato actúa normal, no hizo gesto de saludo, sino que sigue haciendo lo que estaba haciendo, como si yo no tuviera presente. Solo que su verga, guindaba, morena y gruesa, comenzó a ponerse erecta. Creciendo a pálpitos seguidos, culmina toda dura, como una espada, pero un poco curva en la cabeza; apenas mostrando un poquito el glande, necesita de mis labios, para terminar de echarle el prepucio hacia atrás. No hubo palabras de por medio. Tampoco era necesario. Cerré la puerta, pero bien cerrada, porque he pasado el seguro también. Deje caer mi toalla al suelo, al mismo tiempo iba dejando caer mi short, mientras iba camino hacia a él. Joan seguía como si nada, su verga dura, pero él seguía recogiendo ropa del suelo. Al estar cerca, le toque por la cintura y fue cuando de nuevo me mira a los ojos. Se puso de frente y yo me fui arrodillando. Su verga estaba seca, y el olor era neutro. Primero fregué mi cara en sus pelos, aspire el olor de por los lados y comienzo a oír, como Joan empieza a respirar fuerte. Lamí tan solo el glande, como había pensado antes, con mis labios le eche el ...
... prepucio hacia atrás. Al mismo tiempo engullí su trozo de carne caliente, el glande palpita en mi garganta. Saboreo todo ese miembro viril, sintiendo su textura, su calor y sus dimensiones, pegándome a todo su cuerpo sale comienzo a mamar ese güevo, como otras veces ya lo había hecho. No es que estábamos apurados, pero tampoco perdíamos el tiempo. Joan me puso de cuatro sobre el colchón, abrí un poco mis piernas, mientras él con mucho morbo, manoseaba mis nalgas. Yo levanto un poco la cola, pidiendo a grito su fierro caliente dentro de mí. Él lo intuye, escupe en mi hoyito, desliza toda la saliva en mi rajita, luego se acomoda y apunta su glande. Lo mete con cuidado, eso no significa que no me dolía, pero como otras veces, ya sabía soportarlo. Al chocar su ingle peluda en mis nalgas, comienza el saca y mete, suave, luego yo pegándome más atrás, el empieza a bombearme rápido. Toda su dureza atraviesa mis anillos anales. Se hunde completo y un chorro espeso de semen, inunda mis entrañas. Jadeo y acabo en su colchón. Jonathan Días antes… Si alguien había acostumbrado al sabor de verga a Jonathan, había sido Carlos. Quien este lo ponía a mamar en el río y así el muchacho le cogió el gusto. Sucedió que una noche, de diciembre del año 97, un primo hermano de su madre estaba en casa. Pero la mamá de Jonathan trabajaba de noche; decía ella que trabajaba en un restaurant, y de hecho, en un principio así fue. Luego de un despido, consiguió trabajo casi ahí mismo, pero esta vez en un ...