1. PAREJA ATADA LOS DOS POR EL DEPENDIENTE


    Fecha: 07/11/2017, Categorías: BDSM Autor: parejaatada, Fuente: SexoSinTabues

    ... instante me la puso dura. Debía de ser quizá culpa de las cuerdas, de las ataduras, de la mordaza y sentirme atrapado, pero ninguno de los miedos y dudas que me podría haber imaginado habían aparecido, y ni tan siquiera afloraron. Y así estuvo la primera media hora. Tocándome la polla unos pocos segundos, lo justo de ponérmela dura, y justo entonces paraba. Cuando perdía erección, volvía a repetir la escena, pocos segundos de tocarme hasta poner la polla dura, y paraba. - "La quiero dura, y no pararé" - dijo. No paró. Los primeros minutos es gracioso. Te excita, y te sientes excitado. Después quieres más, pero no te deja. Atado en esa forma, no podía hacer nada. La excitación era muy intensa, y cruel. Me dejaba a medias. Mis gemidos amordazados era de súplica - "gggaaaagg aaagagaga aaaaggg aaagggg ggggrraggg" - gemía yo sin control, con esa mordaza que al cabo de una hora me hacia babear y que me notaba cómo caía un abundante chorro por mi barbilla. Quería más, que no parara, pero él no caso. Aquello fue una tortura durísima. La segunda parte fue peor. Se puso de pie, y comenzó a juguetear con mis pezones con las yemas de sus dedos y sus uñas, muy suave. Al instante reaccionó mi polla poniéndose brutalmente dura, pero sin estímulo no podía ir a más. Lo sabía, él también, y no se detuvo. Al llegar la hora notaba un temblor por mis piernas, de tan excitado que estaba, sólo contenido por las cuerdas, y no paró hasta que mi novia llamó a la puerta. Cuando ella entró se quedó ...
    ... perpleja. - "¿Y esto?" - dio sorprendida sonriendo viéndome brutalmente atado, amordazado y mi polla durísima, en medio de mis gemidos excitados - "¿qué está pasando?". El dependiente la saludó, y le dijo que él se lo iba a explicar. Le invitó a ir con él a la habitación, donde le dijo iba a enseñarle cosas, y cuando ambos entraron cerró la puerta de la habitación. - "MMMpppfpfffhfhfhfhfhf" - gemí para que no me dejara amordazado. No me oyó, y me rendí. Me di cuenta de mi situación y de que no podía moverme ni desatarme ni escapar de mi propia trampa hasta que él quisiera, y lo peor era que mi polla seguía excitada, dura, pero sin ninguna posibilidad de correrme. No escuchaba nada de lo que quería en la habitación. Llevaban cinco minutos. Diez minutos. Me imaginé que después de tanto tiempo quizá ella había empezado a quitarse la ropa, o quizá él. Esperaba que al rato se abrió la puerta y apareció ella vestida o desnuda, a lo mejor atada y amordazada que le gusta mucho. Quince minutos, y nada. Sólo oía antes sus tacones, y ahora ya ni eso. Treinta minutos, yo atado y abandonado en un comedor con silencio intenso, sólo roto por algún ruido que se oía de vez en cuando en la habitación. Comencé a imaginar que ahora le tocaba a ella atada, pero cómo estaría atada. Me preguntaba si estaba amordazada. Si follaban, o si la torturaba como a mí, y todos esos pensamientos me pusieron la polla otra vez durísima. Para mí era imposible encontrar los nudos y desatarme. Era imposible librarme ...
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