1. El culo de Mariam


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Anal Primera Vez Sexo en Grupo Autor: roleplaylover2, Fuente: xHamster

    ... sus muslos, de aquí para allá, inconsciente de las numerosas erecciones que provocaba. Esta infantil inocencia multiplicaba el morbo que sentía por ella. Debo decir que Mariam era, además de una real hembra, una bella persona, y que, con el paso de los días, mi afecto sincero creció por ella, sin que esto fuera óbice para que continuara deseándola con fiereza. Lo cortés no quita lo valiente.Mientras comía, unas miguitas de pan cayeron en su entrepierna. Sin ningún reparo, abrió las piernas de par en par y sacudió los restos de pan que habían caído sobre la planicie curva de su chocho. Verla abrir ampliamente las piernas ante mí, aunque fuera vestida, me puso nuevamente cachondo. Me dí cuenta de que debía intentar relajarme. No podía estar continuamente salido con ella. Le parecería un gilipollas y yo quería tener alguna posibilidad de tirarme a mi nueva amiga.Después de meditar posibles destinos, decidimos contratar el servicio de un profesional que realizaba recorridos a caballo por una bella zona de la Sierra de Grazalema. La intención era acercarnos a través de un recorrido de dos días a caballo a una zona desde la cual teníamos una amplia gama de posibilidades: campings, albergues, senderismo...Nos acercamos a la sede de las excursiones a caballo y contratamos el servicio del guía, un hombre de unos 45 años, fuerte y recio, que durante dos días nos acompañaría a caballo a través de la serranía. Fulgencio, así se llamaba, demostró desde el principio una fuerte atracción ...
    ... por Mariam. Su primera reacción al verla fue una tonta risa histérica, al ver las formidables tetas de mi compañera. Mariam no es tonta y se dio cuenta de lo que pasaba, ruborizándose notablemente.Comenzamos el viaje, pues, algo incómodos, Mariam porque se sabía observada obscenamente, y yo porque no sabía muy bien cómo debería reaccionar ante los primarios impulsos del tal Fulgencio.El trayecto era de gran hermosura, entre pinares, y olor a romero y tomillo. Recorrimos buena parte de la serranía. La sensación de novedad, de belleza , nos sumergía a Mariam y a mí en una especie de euforia por nuestra acertada elección. Comimos bajo un árbol y al lado de un rumoroso arroyo. Fulgencio nos dejó solos, suponiendo quizás que éramos pareja. Mariam se sinceró conmigo.- ¿Sabes? Me siento incómoda, Antonio.- ¿Por qué? -sabía exactamente por qué, pero quería que me lo dijera ella.- Ese hombre, la manera en que me mira... Me m*****a.- ¿A que te refieres ?- Bueno, no sé si te has fijado, pero tengo más pecho de lo normal...¡Joder, que si me habia fijado!- La verdad es que no...- Pues sí, y esto a veces causa situaciones incómodas. Ese Fulgencio me mira con descaro.Puse cara de fastidio, y dije :- No debes hacer caso de salidos como ese... Gilipollas hay en todas partes.Mariam me miró con ternura y me dijo:- Eres diferente del resto de los chicos, Antonio. Los demás sólo piensan en lo mismo siempre. Tú eres diferente...- No, soy normal y corriente, sólo que te entiendo, Mariam.Mariam empezó ...
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