1. Con la conchita al aire


    Fecha: 25/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    Hay cosas que no tienen explicación. Pero lo claro es que si lo que sucede se nos presenta, hay que aprovechar tales beneficios. Casualmente el 5 de marzo ingresé a la universidad mientras cumplía mis 18. Elegí diseño gráfico, porque vengo de una familia de artistas, y yo no quería desencajar demasiado. La cosa es que a medida que los días pasaban, yo me sentía más a gusto con los profes y mis compañeros. Pero el tema más agudo para mis nervios eran los exámenes orales. No tenía la fortaleza de responder siquiera la pregunta más elemental que un profe me hiciera! Me temblaba la mandíbula, tartamudeaba como una estúpida, sudaba las manos, me picaba la cabeza, se me secaba la boca, y en uno de los parciales de historia del arte, no pude evitar hacerme un buen chorro de pipí. Le pedí permiso al copado de Florez y a su colega para ir al baño, y creo que al contemplarme pálida me concedieron salir y continuar a mi vuelta. Apenas entré al baño me miré en el espejo, y la cara de enferma mental que tenía me desconcertaba. Entré al individual, me subí la pollera y me bajé la bombacha para sentarme y hacer pis. Pero no me salía nada. Opté por sacármela para no entrar al aula con olorsito, y la dejé tirada al costado del inodoro. Pensé que era una boludéz, que nada podría pasar si alguien la encontrara. La cosa es que mientras caminaba rumbo al salón, el airesito que se colaba por debajo de mi pollera me erizaba la piel. Sentía que los pezones se me erectaban, y tenía una sensación ...
    ... sexual en las venas que no me dejaban pensar con claridad. Me erotizaba cada vez más saber que estaría todo el día con la conchita expuesta, y peor todavía, que el profe podía adivinarlo. Entré a terminar de rendir, y al apretar las piernas para que no se notara la desnudéz de mi flor, se me escapó un suspiro al recorrerme un sutil escalofrío desde los pies a la nuca. Aprobé con 8, le di las gracias al profe y salí del salón pensando en reunirme con mis compas y darles la noticia. Casi me había olvidado del asunto, aunque las brisas de los pasillos y galerías de la facu acariciaban mis nalgas también desprotegidas. Fui al bufet con Esteban, Julieta y Ramiro a tomar algo fresco, y mientras hacíamos la fila para retirar los licuados y el exprimido de July, esteban me hace un gesto para llamar mi atención, y acto seguido me dice al oído: ¡che Mily, vos venís a la facu sin bombacha?, se te ve todo bolu! Sus palabras llegaron a los oídos de Julieta, que enseguida aportó: ¡boluda, hace un rato fui al baño y vi una bombachita negra tirada! No me digas que es tuya! Qué te pasó mi vida, te puso nerviosita el profe?! Creo que se me enrojecieron hasta las orejas de la vergüenza. No supe qué decir en el momento. Pero cuando al fin nos sentamos les conté con toda la calma que supe sacar de mi autocontrol que, mientras el profe me preguntaba, tal vez de los nervios o el stress me había hecho pis. Se me rieron a más no poder, en especial Esteban. Pero no podía enojarme con ellos. a la hora de ...
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