El obrero y el policía...
Fecha: 27/07/2019,
Categorías:
Gays
Primera Vez
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... la suya hacía unos minutos.El policía pareció recuperar un poco el control. Sus tiernos ojos irradiaban la ira del hombre justo. Quería devolverme todo lo que le había hecho. Posó el cañón de su arma entre mi pene morcillón y mis cojones. No podía expresar nada, seguía aturdido por el sexo del que había disfrutado, y el contacto de aquel arma fría sobre mis gónadas despertó de nuevo mi erección, que creció lentamente ante los incrédulos ojos de mi captor.El policía bufó, enfadado, dejó el arma sobre un bidón ¡y se masturbó delante de mi!- Vas a ver… – me dijo con un tono más envenenado y arisco que cualquier insulto.Se provocó una gran empalmada y me folló brutalmente. Me abrió como a una puta cogiéndome por la cara interna de las rodillas y buscó mi culo sin ningún cuidado. Me hizo lo que nunca le había hecho a su mujer pero deseaba hacerle. Se sació con mi cuerpo. Me sometió únicamente con su pene. Restregó su hombría húmeda por mis entrañas, sin preocuparse por si me rajaba con su falo curvo, que se aferraba a mi interior como un gancho. Se liberó, se sació conmigo usando la parte de su cuerpo que era la máxima expresión de su virilidad Grite y gemí exageradamente. Creo que le hice creer que me mataba de dolor. Solo mi erección de toro me delataba. Afortunadamente tengo el culo bien preparado para este deporte. Pero no se corrió en mi interior, me reservaba algo más humillante según su propia conciencia. Se iba a ensañar conmigo. Mi policía no iba a volver a casa y ...
... decirle a su esposa que llevaba en su interior el semen de otro hombre, o que le había gustado. Tampoco iba a denunciar una violación.- Arrodíllate.- me dijo.- Arrodíllate o te disparo.Me arrodillé como un preso a punto de ser ejecutado por el tiro en la cabeza. Me presentó orgulloso su erección bruñida bajo su torso brillante todavía por el sudor y los restos de su espesa corrida. Su cuerno de carne olía a mi culo, a nuestro semen y al lubricante, pero era irresistible. Un aura de calor lo rodeaba. Me cogió de la cabeza y me atravesó por la boca con su rabo.- Como muerdas te mato.- me advirtió.Me empezó a embestir con furia. Su falo me hizo tener arcadas un par de veces. Me ahogaba. Casi vomito una vez. Él se dio cuenta y me mantuvo al borde de la asfixia todo el rato. Lo que le faltaba en experiencia lo suplía con crueldad. Mientras, su carne entraba y salía de mi, poseyéndome, violándome. Y yo le seguía el juego.- Hijo de puta.- me llamaba.- Come carne, cabrón. Vas a acordarte de mí. Violador… ¿Quieres leche de hombre, eh…?Su orgasmo le arrebató la capacidad de proferir guarradas, pero me atrapó bien por la nuca y sentí el aroma de su vello púbico y sus cojones en mi barbilla mientras su falo volcaba a borbotones espasmódicos su semilla en mi interior. Por dios, era demasiada lefa. Mamé de él hasta que su rabo se relajó, y tragué su leche salada y espesa. Él se quedó un minuto traspuesto, quizás incapaz de creerse lo que había hecho y lo bien que le había sentado.Aproveche ese ...