La reeducación de Areana (26)
Fecha: 29/07/2019,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
Durante algunos días Areana estuvo libre de las maldades de Lucía. Su Ama escolar se había propuesto que la esclavita se confiara y creyera que aquella amenaza era sólo eso: una amenaza, y lo consiguió. La pobrecita llegó a pensar que estaba a salvo de alguna tropelía que le significara su expulsión de la escuela, pero se equivocaba. Llegó ese lunes en el que la clase de geografía a cargo de la profesora Dora Godínez tocaba en la última hora. Todo transcurría normalmente hasta que Lucía se incorporó y saltando hacia el costado del pupitre gritó: -¡¿Qué hacés, asquerosa?! ¡dejá de tocarme! Areana la miró angustiada y suplicante mientras en el aula se iba expandiendo un murmullo que crecía en sonoridad hasta que la profesora intervino con firmeza, poniéndose de pie: -¡Basta! ¡silencio! ¡SILENCIO, DIJE! –y cuando hubo conseguido ese silencio se dirigió a Lucía, que no había vuelto a sentarse: -¿Se puede saber qué pasa, Gutiérrez? ¿Qué es este escándalo? Lucía reprimió con algún esfuerzo la risa que pugnaba por estallar en su boca y finalmente dijo: -Pasa que esta degenerada me estuvo tocando, profesora… Me… me estuvo tocando ahí abajo… -No… -murmuró Areana ganada por la impotencia y la desesperación. -¡¿Te atrevés a negarlo, degenerada de mierda? –la apremió Lucia y la tensión del momento hizo prorrumpir a la esclavita en un llanto incontenible para el placer de Lucía, de Rocío y de Guadalupe. -Esto es muy grave. –dictaminó la Godínez y mientras se dirigía a la puerta del aula ...
... le ordenó a Areana: -Guarde sus cosas, Kauffman, y venga conmigo. Usted también, Gutiérrez –y luego a la clase en general: -Es todo por hoy, alumnas. Abandonen el aula en orden. –y segundos después iba con Areana y Lucía rumbo a la dirección. La puerta estaba abierta y la directora revisaba unos papeles sentada a su escritorio. -Permiso… -dijo la docente. La directora levantó la vista. -Adelante, Godínez. –autorizó mirando alternativamente a ambas alumnas y preparándose, según le indicaba su experiencia, para analizar y resolver un conflicto. -Siéntese, Dora. –invitó la directora y la docente ocupó entonces la silla que había ante el escritorio. Con ambas alumnas a su espalda dijo: -Tenemos un problema grave, señora Ricardina. La directora miró a las chicas e instó a la docente a contarle el problema y a decirle los nombres y apellidos de ambas alumnas. La Godínez lo hizo y de inmediato pidió la expulsión de la inculpada. El rostro de la directora se veía algo tenso. -¿Es verdad semejante cosa? –preguntó dirigiéndose a Lucía mientras empezaba a recordar a Areana como una alumna muy difícil, peleadora y revoltosa, aunque inteligente. -Sí, señora, es verdad… -contestó Lucía procurando ocultar la excitación que estaba empezando a sentir. -Ahora hable usted, Kauffman, ¿es verdad? Areana tragó saliva y dijo mirando al piso: -No, señora Ricardina, no es cierto… La directora miró a ambas alumnas y a la Godínez y finalmente dijo: -Mmmmhhhhh, tenemos un problema difícil de resolver, ...