1. Mi nacimiento y evolución en el sexo I


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Incesto Autor: argamedon40, Fuente: SexoSinTabues

    ... quedaron en sujetador y en bragas medio tapándose con las manos como podían. Juan les recordó lo mismo que habían hecho ellas, el acuerdo era totalmente desnudas. María se quitó el sujetador y aparecieron unos pechos no muy grandes pero muy tiesos, sus aureolas sonrosadas y apetitosas, con los pezones duros por la excitación del momento. Mi hermana se quedó mirándole y procedió a hace lo mismo. Mi hermana estaba desnudándose delante mío, eso hizo que mi excitación nuevamente actuase y mi polla se puso en plena disposición, algo que no pasó desapercibido para las dos. A continuación María siguió bajándose las bragas, tenía una pequeña mata de pelo muy suave por encima de su vagina, rubia como ella y con algunos pelos que le salían por la entrepierna, se puso las manos para taparse pero, al mirarle fijamente nosotros, las volvió a quitar quedando totalmente desnuda a nuestras miradas. Su cuerpo era grácil, aunque estaba un poco gordita era muy agraciada y se adivinaban ya sus curvas. Giró la cabeza y se quedó mirando a Susana mientras esta reanudaba quitándose la ropa. Cuando se quitó el sujetador me quedé estupefacto, tenía unas tetas pequeñas pero preciosas, sus pezones al igual que María estaban tiesos, probablemente por su excitación. Me miró avergonzada como preguntándome si tenía que continuar, yo no decía nada, solo le miraba, aunque me había fijado en ella y me había masturbado imaginándomela, nunca se me había ocurrido pensar que mi hermana estaba tan buena. Me ...
    ... fijé en Juan y tenía también los ojos en las tetas de Susana y su herramienta estaba tiesa como un poste, María la estaba mirando nuevamente y se relamía los labios. Susana se dio la vuelta y se quitó las braguitas, su culo respingón y terso asomó, y sus cachetes estaban diciendo tócalos, se dio la vuelta y ahí estaba su coñito, también con pelo moreno que apetecía acariciar, tapando su raja. No me lo podía creer, esa era mi hermana, nunca se me había ocurrido pensar que tras esa hermana estuviese esa mujer, ya casi formada, con un cuerpo precioso, una piel resplandeciente, unos pechos para amar y un sexo que aunque no se le veía, por la mata de pelo, se adivinaba goloso y complaciente. Juan y yo estábamos enfrascados en los cuerpos que teníamos desnudos delante nuestro. No nos atrevíamos a dar un paso hasta que María habló: - No os apetece tocar y ver mejor? Nos miramos y con un gesto asentimos, acercándonos a ellas. Juan fue directo donde María y lo primero que hizo fue besarle, se notaba que nos faltaba experiencia porque se limitaban a labios. Apartando su cara de la de ella, su mirada fue dirigida a sus tetas y con mucho miedo sus manos las tocaron. María dio un suspiro pero no hacía nada, así que él se animó mas y comenzó a masajearlos. Ni que decir tiene que nuestras pollas estaban a cien y veía que la de Juan, por la cercanía, rozaba la tripa de María. Esta, animada por la situación, volvió a coger la polla de Juan y a masajearla como había aprendido la vez anterior. ...
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