Mi nacimiento y evolución en el sexo I
Fecha: 29/07/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: argamedon40, Fuente: SexoSinTabues
... andadas y siguió acariciándome por fuera, de forma torpe pero efectiva ya que me mantenía con el instrumento en forma. Yo estaba nerviosísimo y excitado, mi polla ya dura, pero callado como un muerto y sin concentrarme en lo que leía. Al cabo de un rato Juan como no podía meterme la mano por la cintura, desistió y se puso a leer. Yo por mucho que quería no me concentraba, así que cuando hicimos la redacción sobre lo que habíamos leído ninguno de los dos aprobó. El profesor nos dijo que no comprendía que nos había pasado ya que siempre éramos de los buenos en clase, y como castigo (en aquella época existían los castigos), el profesor nos dijo que para el día siguiente teníamos que traerle una redacción de dos hojas relacionadas con lo que teníamos que haber leído. Al salir de clase, me dirigí a Juan para aclarar lo que había pasado, y él, sin dejarme hablar, me propuso que fuéramos a su casa a preparar juntos la redacción. Su reacción me dejó de piedra y sin saber reaccionar, le dije que conforme, que llamaríamos a mis padres desde su casa para avisar que llegaría tarde. El inmediatamente se dio la vuelta y se fue a jugar con otros compañeros, y ahí me quedé yo, con cara de bobo, sin haber sabido reaccionar y confuso por la situación. La verdad es que me había gustado y mucho que Juan me hubiese acariciado. Yo lo hacía a solas en casa y hasta recientemente me había corrido y me había gustado, pero nada en comparación a lo sentido cuando él me acariciaba. Al salir de clase por ...
... la tarde, nos dirigimos andando hacia su casa (entonces no había los peligros que hay ahora en la calle y podíamos movernos con libertad): Yo no sabía como abordar el tema, y como él no paraba de hablar de los compañeros, de que tenía partido de futbol el sábado etc, casi no hablé en todo el tiempo hasta llegar. Cuando llegamos a su casa nos abrió la puerta su madre, una mujer muy alta, o por lo menos me lo pareció a mí en ese momento, era muy guapa, aunque como no tenía experiencia no supe valorarla en su justa medida, con el tiempo me daría cuenta de que era una mujer diez. La madre de Juan, según había oído en alguna conversación de mis padres, estaba separada hacía unos años y parece que había tenido algunos pretendientes pero ninguno había cuajado, ya sabéis cotilleos de barrio. Nos dio la merienda y tras avisar a mis padres de que estaba en su casa, nos dijo que fuésemos a la habitación de Juan a hacer los deberes. Así hicimos, nos dirigimos a la habitación y nos sentamos en una mesa de estudio. Nuestras sillas estaban juntas; abrimos el libro y comenzamos a leer. No habían transcurrido ni dos minutos cuando sentí la mano de Juan en mi muslo. No hice nada, me imaginaba cual iba a ser el trayecto a recorrer y me acordaba del gusto que me había dado, así que seguí con mi cara fija en el libro y mi mente en la mano de él y en mi polla que estaba reaccionando. El se tiró hacia atrás un poco para poder acceder con mas libertad, acariciándome la polla por encima de la ropa. ...