Mi nacimiento y evolución en el sexo I
Fecha: 29/07/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: argamedon40, Fuente: SexoSinTabues
... Fue directo a mi cintura, y esta vez con sus dos manos me desabrochó (yo la verdad no puse mucho impedimento), metiendo su mano por dentro de mi calzón y directamente fue a coger mi instrumento. Ya la tenía tiesa y caliente, estaba como yo, excitada. El, la tocaba, la cogía, la movía sin marcar un ritmo determinado, solo la manoseaba (éramos jóvenes y teníamos poca práctica, aunque en él se notaba mas experiencia). De repente levantó una mano y cogiéndome la mía que la tenía apoyada en la mesa, me la bajó a su entrepierna, poniéndola encima de su polla que también estaba dura. Sin saber como hacerlo, comencé a tocarla por encima, movía mi mano hacia delante y hacia atrás. Al rato de toquetearnos, Juan quitó la mano de mi polla y movió su silla hacia atrás, fue hacia la puerta y puso un pestillo que tenía. Yo no decía nada, simplemente le observaba. Se acercó a mí y se bajó el pantalón y su calzón, quedando su polla al aire, dura y tiesa. Yo había visto a otros, como he dicho, cuando orinaban, pero nunca había visto una así, salvo la mía cuando me acariciaba. Se acercó, me cogió la mano y la llevó hacia abajo, hacia su polla. Yo la cogí y comencé a moverla como me lo hacía yo últimamente, hacia delante y hacia atrás; él no estaba descapullado, así que éste estaba oculto, yo tenía la mirada fija en esa polla y me gustaba su tacto, sentía su tersura y su calor. En una de las veces que le estaba acariciando vi que cuando tiraba hacia atrás le iba asomando el capullo así que ...
... me fui animando y conseguí sacarlo del todo, húmedo y suave. Juan gemía, y miraba lo que le hacía. Yo estaba ensimismado con su polla, acariciada por mis manos, la miraba, miraba sus huevos y quería que esa imagen quedase impresa en mi retina. Hizo que me levantase y me hizo bajar la ropa, saltando mi polla como si tuviese un muelle. Me llevó hacia la cama y nos tumbamos uno al lado del otro, yo no quitaba ojo de su polla y él de la mía. Sus movimientos eran más rítmicos, seguían una pauta, lo que me indicaba que él se había masturbado muchas veces y sabía mas o menos lo que debía hacer. Cuando llevábamos unos minutos pajeándonos mutuamente, sin hablar, solo miradas, suspiros y algún que otro gemido, noté que estaba llegando y fruto de la excitación comencé a pajearle con mas intensidad, lo que hizo que Juan se corriese en mi mano. Yo no había quitado ojo de su polla mientras se corría, viendo la explosión de su leche por mi mano, llegando a su tripa y hasta su pecho. A él le debió suceder lo mismo, la situación y su llegada al climax hizo que acelerara también sus movimientos sobre mi instrumento, yo ya no podía aguantar mas, su ritmo, lo vivido momentos antes, el ver el semen de Juan cogiendo por su polla y mi mano, hicieron que yo también me corriese, emitiendo un grito apagado. Correrme pajeado por mi amigo, ver como de nuestras pollas había salido nuestra leche, que nuestras manos se mojasen de ese líquido blanquecino y sobre todo la complicidad compartida, fue muy ...