Me Hizo Mujercita
Fecha: 05/08/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Eventualmente_Sexual, Fuente: SexoSinTabues
... estás tú que voy a hacer si no estás tú. Y he sabido que es peligroso decir siempre la verdad. Por eso aquí tengo yo esta fiesta pero sin ti. Una noche la estaba viendo cantar en un programa de la televisión. Vivíamos en ese entonces mi madre y yo nada más, pero ya a mi padrastro Ricardo visitaba la casa; aquella casita humilde de donde él nos sacó. Y no me di cuenta, pero él entró y me vio bailar como una nena. Yo era muy tímido, de por sí ya él me intimidaba. Caí al suelo y riendo como un tonto, buscaba tapar mi cara toda avergonzada. Él se rió y dijo: “¡Pero baila, baila! Mira qué bonito lo haces”. Apenado me fui al cuarto de mamá, al ratico llega él y sacando un billete, me lo da para que vaya a comprar. Fue como un gesto de que todo iba normal. Cuando Ricardo empezó ir más en serio con mamá, a veces se quedaba en casa. Y cuando iba al baño, salía tapado con una toalla, yo le veía al bulto que se le formaba; por mucho que intentara no verlo, siempre lo hacía. Una vez se lo apretaba por encima, mientras veía televisión. Estaba yo a su lado, lo veía de reojo, note como se le puso dura. Era una pinga gruesa, muy gruesa en el tronco y se le marcaba de lado. Supongo que lo hacía con intención. Al abrir mis ojos, estaba debajo del cobertor, ya me sabía de memoria, el patrón del diseño lineal que tenía estampado. A mi lado sentí el cuerpo grandote de alguien, pensé primero que era mamá, pero al ver los pelos en la barriga, supe que era Ricardo. Y cuando subí para verle la ...
... cara, vi su mentón sin afeitar. Estábamos ambos arropados en el mismo cobertor, de pies a cabeza. Debía ya de haber amanecido y me preguntaba si ya mamá se habría ido al trabajo. Yo no dormía con mamá, tenía mi habitación, pero mantenía una costumbre que siempre cuando la oía despertar iba a su cama, acostarme en ella. Y esta vez lo hice, pero nunca fue con la intención de quedarme acostado con mi padrastro, él era el primero que se levantaba, y esa mañana quizás yo por estar taciturno, no me percaté si dormía cuando fui a acostarme. Se suponía que él iba al trabajo, qué hacía él ahí. Como mi cuerpo ya ha comenzado a titiritar de frio, sabía que estaba excitado, por decirlo así. Mi mente volaba con la imaginación, moviéndome con la intención que no me sintiera hacerlo, pude estar más cerca, y lancé la mirada a ver como estaba su entrepierna. Al verlo, mi corazón parecía que iba a vomitarlo. Toda mi piel estaba tensa, y a su vez, sentía que de una forma extrasensorial todo mi yo estaba palpitando. Fue como ver el misterio de lo desconocido por primera vez. Él solo estaba con la toalla puesta, pero ya la tenía desajustada. Su cuerpo varonil, estaba perfecto, tan erótico que yo sentía las ganas de chillar como una perra en celo o, tal vez como una loba aullando a la luna. No solo veía eso, sino que su glande brilloso, color rojo, babeando, se asomaba reposando encima de la barriga. Veía el frenillo, como se movía ejecutando movimientos como si fuera el indicador de un reloj. Aquel ...