Un día de mis Vacaciones (III)
Fecha: 09/08/2019,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... se desesperara, la besé, la apreté, la mordí y al final, cuando presentí que su corrida era inminente, le toqué el clítoris con muy óptimos resultados... Acto seguido intercambiamos de posición gracias un movimiento violento suyo, me desnudó y me empezó a chupar el clítoris, los movimientos que hubieron antes de esa escena me habían revelado que quería penetrarme con lo que fuera e inesperadamente Aleja le había pasado un consolador bastante conveniente, pensé que estaba pasando de una corta bisexualidad a una placentera homosexualidad, volví a recordar las ideas de vivir con Cata y todo eso, pero lo consideré confuso en ese momento, de repente sentí la profunda penetración y la agradable sensación del consolador dentro de mí para luego experimentar un arrebatador orgasmo y descubrirla mirándome con morbo luego de la vivida experiencia. Alejandra se había masturbado peligrosamente mientras manejaba y ahora tenía una cara de placer que aunque la hacía ver conforme revelaba de alguna manera que aún quería mucha más guerra.Al poco tiempo habíamos llegado a un pequeño pero muy elegante bloque de apartamentos, parqueamos el carro y entramos en un cómodo apartamento adornado con muy buen gusto. Me había quedado mirando los detalles que le daban el toque tan acogedor a ese lugar, al tiempo que trataba de imaginar a quién pertenecía ese apartamento, cuando me volteé descubrí a Cata con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás, sintiendo las manos que apretaban sus tetas por ...
... encima de la blusa mientras ella estaba situada delante de Aleja. Sentí unos celos enormes, ¿quién diablos se creía Alejandra para tocar a MI chica de esa manera? Descubrí que eso tarde que temprano tenía que pasar, aceptar esa loca invitación incluía infidelidad entre Cata y yo y la obligación de vernos disfrutando del sexo en brazos de una "aparecida", sentí un vacío en el estómago y no me excité ni en lo más mínimo viendo esas imágenes, me quedé quieta y no supe qué hacer; Cata fue la primera en rogarme que saliéramos corriendo cuando escuchó la idea de Aleja y ahora que yo misma la había llevado a eso la veía disfrutando con una cara de placer sin igual, contrario a lo que esperé de esta situación, esas escenas estaban carcomiéndome por dentro. Traté de relajarme aunque fuera un poco, en un difícil movimiento Cata logró abrir los ojos y salir de su feliz disfrute poniéndose a mi lado: - "Tenías razón, fue una buena idea." Y empezamos a besarnos, Aleja se perdió de vista, regresó unos segundos más tarde con una bolsa, no pude saber exactamente qué contenía pues el impreso de la tienda en la bolsa no se alcanzaba a ver bien. Cata me desnudaba rápidamente, a veces se relajaba y dejaba de proporcionarme violentos magreos para tratar de traer a colación mi ternura con suaves caricias, pero la excitación podía más y regresaba a los movimientos frenéticos sobre todo mi cuerpo; al menos estaba saliendo de mi asombro y mi irritación y estaba empezando a sentir un hilillo de placer ...