Las Dulces cosquillas de Ana
Fecha: 10/08/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... su cama (ella rentaba un cuartito modesto pero cómodo) y noté todo el camino que cojeaba ligeramente. Ana se desabrochó su tenis como si le doliera el pie, y yo ni tardado ni perezoso le pregunté: -¿te molesta algo?- -sí, ayer jugué todo el día en la cancha, y yo creo que pisé chueco, porque no he podido pisar bien todo el día.- Yo muy caballeroso le terminé de aflojar su zapato del 6 ½ y se lo saqué. Ella pareció exaltarse. -¡no¡ ¡que pena¡ mejor no me lo quites, pues francamente ayer no me bañé y mi pie tiene un olor muy fuerte, hasta mis papás me corrían de su cuarto cuando me descalzaba¡ Ahí inició su sentencia, ¡no hubiera dicho eso¡ yo, con voz dulce le deje que no se preocupara, que sólo quería revisar su piecito. Lentamente le quité su calceta, pero mi corazón latía con fuerza titánica. Pude sentir un aroma delicioso, femenino, su calceta estaba húmeda y tenía unas manchitas en la planta, provocadas por la fricción del pie con el sudor y su tenis. Su pie era realmente hermoso. Piel acanelada con uñas como almendras , Un tacto húmedo y unas plantas aduraznadas, sin arrugas, deliciosas, y con ese aroma perfecto, un privilegiado regalo que sólo un fetichista puede apreciar y disfrutar. Con cuidado le tomé entre mis manos, me acerqué a él y lo moví un poco. -con un masaje te sentirás mejor, niña.- -Sí, estaría bien... si no te duermes antes por el olor ¡ja, ja¡- Su risa, me prendió un switch, pues me preguntaba completamente si de casualidad tendría cosquillas en esa ...
... preciosa joya suya... -¿tienes cosquillas?- le pregunté mientras le acariciaba su planta, que al momento se convulsionó. -Sí¡¡¡¡ ja, ja, ja ,ja, ja, ja, soy bien cosquilluda¡ -respondió con una carcajada deliciosa -¡no sigas, porque me rio muy feo¡- Para nada mi amor, su risa era Dulce, y lo mejor de todo es que... no oponía resistencia, movía su pie con rapidez y se tapaba los ojos, la cara, y sus labios pero no paraba de reir, como si de verdad disfrutara las cosquillitas que mis dedos le hacían. Así duramos varios minutos , ella se reía más, y su pie comenzó a sudar, impregnando mis dedos de ese exquisito néctar que yo tenía ganas de beber, el cuarto se impregnó de ese aroma y yo rascaba más rápidamente su planta, en su arco, los talones y su parte más cosquillosa: bajo sus dedos,. Al cabo de un rato, terminé el tormento, un poco apenado, y muy rojo, pues noté que ella también estaba sonrojada, al parecer por las carcajadas. Ella recobró el aliento, y me dijo "que travieso eres" -¿no te molestan las cosquillas?- -No. Antes mi hermana me hacía cosquillas antes de dormir, pero como ya vivo sola, eso no ocurre. Hasta siento rete rico. ¡Gloria¡ Yo, ya en confianza, alcancé su otro pie (el izquierdo) y le quité su otro tenis, ella se rió , pero tampoco puso resistencia. La descalcé y empecé a pasear mi dedo dulcemente por su arco... -Cuchi, cuchi... ¿en este pie también tienes cosquillitas?- -¡sí¡ ji, ji, ji, Ya no, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, me voy a orinar¡¡¡- Su pie ...