Mi suegro me hizo su esclava (I)
Fecha: 14/08/2019,
Categorías:
Dominación
Incesto
Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos
Hola amigos, soy una mujer de 34 años, mi nombre es Noelia soy originaria de Santiago, Chile, soy de piel apiñonada, cara bonita, ojos color miel, cabello negro; mis medidas son 88-57-90 y mido 1.75 mts. Hace dos años me vine a vivir con mi novio José a la casa de sus papás; con él ya llevaba cuatro años de relación; no pudimos casarnos por falta de dinero, pero ya queríamos estar juntos siempre y por ello tomamos esa decisión con el apoyo de sus papás; en cambio, a mí en mi casa me dejaron de hablar por salirme así, sin casarme. Al principio todo fue maravilloso, Doña Martha, mi suegra y Don José, mi suegro me recibieron con los brazos abiertos y me dijeron que me había convertido en una hija más para ellos. También Valeria, la hermana de mi novio me recibió muy bien y me dijo que seríamos como hermanas. Mi suegro es un empresario muy respetado en la comunidad, siempre ha mostrado en público una conducta intachable, además de que ayuda a los vecinos y coopera y organiza obras y cuestiones culturales en bien de la comunidad. Tiene mucha educación y estudios, por eso me dio mucho gusto y mucha confianza irme a vivir a su casa. Tanto él como su esposa, su hija y mi novio hacen ejercicio, son altos y atléticos; toda su familia se conserva en buena forma. Los tres primeros meses fueron de idilio, mi novio me llevaba al trabajo y pasaba por mí en la tarde. Todas las noches teníamos sexo y quedábamos más que satisfechos y los viernes nos íbamos a pasear en las noches y llegábamos ...
... tarde a la casa; pero nunca tuvimos ningún problema. Los problemas comenzaron un día que me sentí mal en el trabajo y me regresé a la casa antes de la hora normal; llegué a la casa, la cual parecía estar vacía; me fui a la recámara que comparto con mi novio y al entrar vi que Don José, mi suegro, cerraba rápidamente un cajón en el cual yo guardaba mi ropa interior. Molesta le reclamé y pareció apenado; me dijo que lo disculpara, que no me enojara, que él estaba buscando unas fotos que José le había guardado, que no pensara mal. De inmediato se salió y se fue a su recámara. Aunque me enojé y no le creí, decidí no decirle nada a mi novio para no crear problemas entre él y su papá. Ahí fue mi primer error, pues el viejo creyó que no me había importado. Desde ese día, noté que mi suegro me miraba morbosamente; a mí siempre me ha gustado usar ropa pegada, escotes pronunciados y faldas muy cortas, pues tengo buena pierna y un cuerpo muy bien formado y la verdad me gusta presumirlo; a mi novio no le disgusta, al contario, me dice que se siente orgullosos de que me “chuleen” sus amigos o la gente en la calle, pero las miradas de mi suegro empezaban a incomodarme. Poco tiempo después José renunció a su trabajo porque ganaba muy poco y su papá le ofreció un buen puesto en su empresa, pero José tendría que viajar constantemente a la provincia para ir a controlar las sucursales de la empresa y visitar a los clientes que tienen allá; Don José le dijo que era al único que podía confiarle ...