Poda 12
Fecha: 17/08/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: renegadomonti, Fuente: SexoSinTabues
... labios vulvares de Pao que se resistían a ser separados por tan agresivo atacante. Era lógico que esto sucediera. Era muy notoria la diferencia de tamaños de los órganos sexuales. Mi verga es bastante gruesa, mi glande no guarda proporción con el resto del cuerpo de mi pija, ya que es muy grueso y casi no tiene punta, es bastante chato, y el agujero en donde quería entrar, era muy estrecho, muy pequeño. Claro que tiene que ser así, es de una niñita de tan solo 8 añitos, con un cuerpito menudo, casi sin formas de mujer. Pero ambos estábamos decididos a obviar todas estas diferencias y queríamos que la unión se concretara. Por mi parte empujaba sin pausas tratando de vencer las dificultades que se presentaban, y ella separaba lo más que podía sus piernitas y paraba su culito para permitir que yo metiera mi duro y grueso miembro. De pronto mi glande se introdujo entre esos estrechos labios, haciendo que Pao emitiera un fuerte quejido, ya que esta introducción le produjo un intenso dolor. Me pidió que me detuviera un momento porque le dolía mucho. Accedí a su pedido y dirigí nuevamente mi dedo a su culito. Este estaba totalmente cerrado, fruncido. Mojé este dedo en los flujos de su conchita y nuevamente comencé con la caricia anal. Pao parecía que no se daba cuenta de esto, ya que no decía nada. En un momento determinado Pao se relajó un poco y aproveché para meter la punta de mi dedo en su culito. Esto hizo que pegara un respingo como para eliminar al intruso que le invadió ...
... tan íntimo lugar. Lo que posibilitó que mi verga se introdujera un poco más en su cuevita. ----¡Ay no Boni, por favor, no la metás más que me duele mucho! Nuevamente detuve mi avance hacia el interior de ese cuerpito que me tenía atrapado, tanto mentalmente como así también físicamente, ya que su prieto túnel aprisionaba con fuerza mi dura verga que no cesaba de descargar sus fluidos, lubricando de esa manera el camino hacia el paraíso prometido. Mientras mi dedo no cesaba en su trabajo, grato trabajo, de dilatación de ese virginal culito. De a poco, esta niñita lujuriosa comenzó a moverse, indicándome de esa manera que yo también lo podía hacer. Apenas movía hacia atrás y adelante mi pija, y cada vez que lo hacía hacia adelante presionaba un poquito más fuerte para ir ganando terreno buscando completar totalmente la introducción de mi herramienta de placer. Mi verga se fue deslizando suavemente hacia las entrañas de esta pequeña y hermosa niña, pero la posición era un tanto incómoda para mí, dado que por la diferencia de estatura y estando hincado detrás de esta criatura, me dificultaba el movimiento que pretendía fuera repetitivo y constante, así que pasando un brazo bajo su cuerpito, la pegué bien contra mi cuerpo, y de esa manera la levanté y me di vuelta quedando yo de espaldas y ella sobre mi cuerpo, clavada en mi lanza. ----¡Ay Boni, ¿Qué haces?, me preguntó, ya que era una posición desconocida por ella. -----¡Te sigo culiando!, le dije yo, pero en otra posición, ahora ...