1. Poda 12


    Fecha: 17/08/2019, Categorías: Hetero Autor: renegadomonti, Fuente: SexoSinTabues

    ... siéntate sobre mi pija y trágatela entera. Lo hizo, y sentí que cuando se sentó sobre mi verga, esta se introducía hasta hacer tope en su interior. -----¡Ay Boni, es muy grande. Me parece que la tengo en mi pancita y que me va a salir por la boca. Así como estoy me hace doler un poco, pero me gusta mucho porque me parece que me ha entrado toda. ¿A ver, a ver hasta dónde me entró? Y con su manito trató de agarrar el tronco de mi pija, pero se adelantó Lara a ese movimiento, y fue ella la que agarró mi verga en su tronco. -----¡No te ha entrado toda!, aún le falta un pedazo que ha quedado afuera. -----¿Falta mucho para que entre toda?, le preguntó Pao a su hermana. -----Un pedazo así, le dijo Lara señalando con sus dedos lo que faltaba por entrar, unos 5 centímetros calculo yo. Esos 5 ctms. , que junto al glande eran la parte más gruesa de mi pija. -----¡Pero ya no entra más!, dijo Pao. ¡Nooo Boni, nooo, no empujes más porque me hace doler mucho adentro, en el fondo de mi conchita! Ya no entra más Boni. Esas palabras y esos gemidos de esta niñita eran música para mis oídos, ya que mi pretensión era ponérsela hasta los huevos, no dejarle nada afuera. Quería sentir los pelos de mi pubis pegados a sus nalguitas. Pero por el momento esto parecía que no iba a poder ser, así que me conformé con lo que le había metido, y le dije que se moviera, que continuáramos culiando. Ella aceptó mi propuesta y comenzó a moverse subiendo y bajando, haciendo entrar y salir mi verga de su estuche, ...
    ... tragando y devolviendo le dura lanza. Gemía quedamente y suspiraba una y otra vez. Los deditos de sus manos se aferraban a mis muslos y me clavaba las uñas en ellos. Cada vez se movía más a prisa. Sus gemidos y ayes continuaban en in crescendo, como así también su respiración era cada vez más agitada. De pronto quedó totalmente inmóvil sobre mí con la pija clavada, incrustada en su cuerpo hasta donde este lo permitía, y comenzó a emitir un largo gemido. Esta niñita estaba teniendo uno de sus orgasmos más fuerte experimentados hasta ese momento, según me lo comentó luego. Yo sentí que mi leche pugnaba por salir y bañar sus entrañas, pero haciendo un supremo esfuerzo contuve ese deseo y solamente opté por tomarla de su cintura y presionarla fuertemente sobre mi duro palo. Los dedos de mis manos casi se tocaban entre si al abarcar su cintura. Es que es tan pequeña y yo tan grande que toda comparación en relación a nuestros cuerpos se magnificaba. Ver esta criaturita tan menudita, tan chiquita, sobre el cuerpo de un hombre tan grande, no dejaba pensar que estuvieran entregados a un “juego” tan íntimo. ¿Cómo suponer que la pija de este hombre estuviera incrustada en las entrañas mismas de esta nena? ¿Y cómo imaginar que de ser así, esta niña estuviera disfrutando de esa perforación? Pero la realidad era esa. Ella, Pao, disfrutaba de esta desigual unión. Es más, la introducción de tan grande miembro viril, hacía que Pao delirara de placer por la bárbara distención a que era sometida ...
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