1. Descubriendo que me gusta ser observada…


    Fecha: 20/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dogma, Fuente: RelatosEróticos

    Soy una mujer entrada en años, y, a unos años de jubilarme, además de que no me considero una mujer guapa, o atractiva, o por lo menos a dentro de lo que hasta hoy crearía es atractivo para la gran mayoría de los hombres. Para ir de la casa al trabajo, debo tomar primero una combi y luego un camión, por lo regular siempre suelo salir corriendo, ya que me cuesta mucho trabajo llegar temprano altrabajo, razón por la cual salgo corriendo después de bañarme por la mañana y con la cara lavada, pues suelo retocarme hasta llegar a la oficina, razón por la cual no puedo decir que luzco despampanante al salir de casa. Una de mis clásicas y agitadas mañanas salí corriendo de casa y a punto de caer al subir a la combi, sentí que alguien me sujeto apresuradamente para evitar que cayera…se levantó y me cedió su asiento que era justamente el que estaba frente a la puerta de la combi, ya repuesta después del susto, levante la cara y le dije –Muchas gracias. mirándolo a la cara, recibiendo una respuesta que por lo menos en ese momento me pareció sincera y desinteresada. Él estaba de pie junto a mí, por qué la combi estaba llena, y no pude evitar tener la sensación de sentir que me observaba más de lo normal, más de lo que acostumbro ser vista en el díadía. Pasa varios días de manera normal, hasta que un día volví a verlo, en esta ocasión, había un par de asientos vacíos cerca suyo, y me dispuse a tomar el asiento que estaba a su lado, en el instante en que me senté, sentí su mirada y me ...
    ... fue, aun no sé por qué imposible mirarlo, y el reacciono de forma inmediata con una sonrisa y un gentil saludo. –Buenos días, a lo que respondí con una sonrisa nerviosa y una voz que reflejo mi nerviosismo. Pasaron así varias semanas en las que nos veíamos de manera cada vez más frecuente al ir en la combi, a lo que asumo, el cálculo mis tiempos para poderme ver, de esa insistente manera que me ponía nerviosa, y que debo confesar fui tomando gusto con el paso de los días, al grado de procurar salir siempre a la misma hora para poder verlo y dejar que me viera se esa estimulante manera, Ya que había notado que siempre buscaba la forma de mirar mis piernas, con esas faldas a la rodilla, que al sentarme solían subir un poco más, y aun no logro entender, por qué le fue tan llamativa la situación. Para poner en perspectiva la situación comentare, que, en ocasiones el camino provoca que me quede dormida hasta que siento que es momento de bajar, cosa que creo que no solo e sucede a mi sino a mucha gente. Uno de tantos días, subí y él se encontraba como de costumbre sentado, para ese entonces, ya había notado que me seguía persistentemente con la mirada al subir, en esta combi, había un par de asientos dobles que se centraban de frente, para lo cual debo confesar que me apresure a tomar el asiento que se encontraba frente a él, para que pudiera mirarme. Desde que me dispuse a sentarme, pude sentir como me miraba, es esa extraña sensación de sentir la mirada de esa persona, y puedo ...
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