1. Una madre deseada


    Fecha: 11/11/2017, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Tabú Autor: whotan, Fuente: xHamster

    ... tiempo si no deseaba que sucediera. Por tanto, si no decía o hacía nada para impedirlo era porque aquello le resultaba agradable, tanto como para permitir que ocurrieran a su lado hechos que vulneraban sus convicciones más profundas. Pero seguramente todo aquello no era lo bastante fuerte (¡todavía!) para que quisiera ir más allá, porque no le hubiera resultado difícil insinuármelo.Estaba seguro de que la posibilidad de contacto físico quedaba descartada. De manera que de lo que se trataba era de aprovechar la situación todo lo que permitía, y de dedicar las tardes de la próxima semana a repetir momentos tan morbosamente deliciosos como los del viernes. Nadie podía decir adonde podía llegar todo aquello si seguía velando sus siestas con la polla en la mano.Por fin llegó el lunes, y a la hora de la siesta acudí a leer el periódico al cuarto de mis padres. Se repitió la escena del viernes, pero ahora cuando entré ella tenía ya alzada la rodilla. Me dio la sensación de que la acababa de levantar, que lo había hecho en el momento en que me oyó llamar a la puerta. Sin decir una palabra me senté en la silla y cogí la parte del periódico que ella me había dejado en el suelo. La situación era la misma que el viernes. Ella abstraída en el periódico, la pierna maravillosamente expuesta, y yo con el corazón bombeando a toda potencia. Durante unos segundos no hice nada. Mi madre movía ligeramente la pierna, recogía y avanzaba alternativamente el pie, levantando y bajando la rodilla. No ...
    ... sabía si me quería indicar algo, si quizás eso significase que quería pasar a la acción. Finalmente decidí sacar la polla.Esta vez había acudido con la bragueta desabrochada, de manera que la operación resultó sencilla. Inicié mis movimientos sin demasiado disimulo. Era evidente adonde se dirigía mi vista, y supongo que tampoco los movimientos del brazo permitían interpretaciones alternativas, incluso -no estaba seguro- con atención se podían escuchar ligeros ruidos muy expresivos. Tampoco esta vez Paquita pasaba las hojas del periódico, ni despegaba su mirada del artículo que parecía leer. Su pierna repetía a veces los mismos movimientos. Finalmente volvió a girarse dándome la espalda, pero esta vez la visión era mucho mejor que la del viernes. Su culo estaba tapado solo parcialmente por la tela de la braga que se había insertado en la raja. El orgasmo fue inmediato. Otra vez el pañuelo me sirvió para recoger los chorretones de semen. Tuve que esforzarme mucho para levantarme de la silla y dejar un cuarto impregunado de un olor inconfundible.Al día siguiente mi excitación era mayor que nunca. No podía esperar a que llegara la hora de la siesta. Durante un tiempo pensé en entrar antes de tiempo, sin llamar, cuando mi madre se estuviera desnudando, pero comprendí que era absurdo provocar esa brusquedad que tampoco me iba a permitir ver nada especial. Pero quería avanzar un poco más. Decidí que me masturbaría sin taparme con el periódico para que ella pudiera verlo al menos por ...
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