Mi tía Lucia. Madura complaciente ( III )
Fecha: 27/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos
... puerta, ella hizo ademan de querer quitarse, pero me dio la impresión que con poca convicción. Diciéndome, que eso no estaba bien, mi tía, su marido, bla, bla, bla… Acerque mi boca a su oído y con voz firme la dije… -CALLATE YA. Pasé una mano mía de su cintura, a ese soberbio culo, ella al notarlo se quiso quitar, no me lo pensé, la di un buen azote, se me quedo mirando y cuando vi que iba a decir algo, la di otro con la misma intensidad. Me miraba de una manera “rara”. -Escúchame bien. Yo no soy la “madrecita” que tienes por marido. ¿Sabes quién soy? -No, quien. (Con voz muy suave) -Soy el que te va a follar, el que te va a dar lo que nadie te ha dado y te hace mucha falta, pero sobre todo el que va a estrenar este culo, que me tiene loco. (Dándola otra palmotada en el culo) ¿Te parece bien? Ella ya se movía a mi ritmo bien pegada a mi polla. Pero no decía nada, así que la di otra vez y la dije que me contestara. -Si, dijo muy, muy bajito. - ¿Cómo? Otro azote la di. Me miro y dijo SI. Besándola en la boca y ella correspondiendo, un poco cortada. Para decirme rápidamente… ¿Y Lucia? Lucia esta que se la cierran los ojos y con lo que ha bebido ya mismo se ira a dormir. Entro mi tía, la volví a hacer una señal, ella haciéndose un poco borrachilla, dijo que se iba a dormir que se caía, que se había pasado con la bebida hoy. Marchándose a su habitación. Fui irse y allí sentados empecé a meter mano a Susana, estaba húmeda, pero no mojada como a mí me gusta, estaba claro que ese no ...
... era el mejor sitio. Apagué las velas, la cogí de la mano y la hice acompañarme, su cara era entre expectación, calentura, morbo, vergüenza… Cuando llegamos a la puerta de mi habitación, dijo susurrando que allí no, mejor en la suya, la di otro azote y se calló. Una vez dentro, casi rogándomelo me pidió que pusiera el pestillo a la puerta. Así lo hice y puso mejor cara, pero volvió a cambiarla cuando vio el ventanal abierto. Pero la dije que no lo cerraría que me gustaba el aire fresco. Sin dale más tiempo a nada, volví a besarla, esta vez participo plenamente, baje la cremallera que tenía detrás de su falda, notando como caía y luego rompí los botones de la blusa, esperaba que se pudiera cabrear, pero todo lo contrario me beso con más ganas. Me separe de ella para con la poca luz que había, verla bien. Era “TOTAL”, su lencería era demasiado para mí. Me senté en el borde de la cama, la hice venir hacia mí, cuando llego la hice dar la vuelta y me dediqué a besar esas nalgas que deseaba tanto, se las mordisqueaba, oía como suspiraba, iba perdiendo el miedo. Fui quitándola las braguitas poco a poco, sin dejar de lamer sus nalgas, una vez fuera, dese atrás la fui tocando con mis manos, empezaba a estar ya más mojadita. Tocaba por todos los sitios y cuando mis dedos se acercaban a su clítoris se ponía rabiando de deseo. Pero no era el momento. La desabroché el sujetador y la hice dar la vuelta. Para estar todo el día comiéndolas y lamiéndolas. No tenía apenas aureola, pero era todo ...