Mi tía Lucia. Madura complaciente ( III )
Fecha: 27/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos
... observa, pero sin que Natalia se dé cuenta. Sobre las 11 de la mañana mi tía se fue en bikini a la piscina. Se bañó un poco y se fue a la tumbona. Ella miro hacia la casa, me vio y me sonrió. Pasaba el tiempo y no sucedía nada, hasta que apareció Natalia por ahí y mi tía la llamo, se podía escuchar bien la conversación, que se desarrolló así. -Natalia, por favor, puedes avisar a mi sobrino, para que me dé el masaje, que he pasado mala noche y me duele todo. -Si no me equivoco está en su habitación durmiendo, que se tomó una aspirina. ¿Quiere que lo despierte? -No, déjalo me aguantare. -No quiero resultar atrevida, pero si quiere se lo doy yo. -No, no, mujer, eso no es labor tuya, no, déjalo. -De verdad no me importa. Mire se lo empiezo a dar y si no lo hago bien lo dejo. Fue decir eso, coger el bote del aceite y empezar a darle el masaje por la espalda, mi tía se soltó la parte superior del bikini para que le fuera más fácil. Desde donde yo estaba sé lo que veía era de lo más normal, me empezaba a aburrir, no veía a ninguna dando un paso adelante, cierto es que tampoco podía apreciar la cara de mi tía. Después de un buen rato, se fue a los pies, gemelos y muslos. Lo que me llamo la atención fue que según subía a la parte superior de las piernas, ella se mordió el labio inferior. Natalia con voz distinta, como más nerviosa dijo… -Señora si separa un poquito las piernas la podre dar mejor el masaje. - ¿Así está bien? (Abriendo poquito las piernas) O… ¿mejor así? (Abriéndolas ...
... bien) -Así mejor. Desde la posición de Natalia, tendría una visión de todo y si no se hubiera bañado se distinguiría si estaba mojada o no. Yo los movimientos de ella no los podía ver, pero si notaba que mi tía se movía un poco. En ese momento se oyó el timbre de la puerta. Debía de ser Susana. Vi como Natalia acercaba la boca al oído de mi tía decía algo que no pude oír y se fue a abrir. Efectivamente era Susana, oí como se abría el portón grande para que metiera el coche. Baje y diciendo que había oído el portón. La salude con dos besos en las mejillas muy descarados, ella se quedó un poco descolocada, pero como llego mi tía saludándola con su alegría habitual. Traía una sola maleta, pero parecía más un baúl y eso que su casa estaba al lado, por eso me imagino que trajo el coche. Subimos los tres y Natalia que estaba como ruborizada se fue para adentro. Una vez en la planta de arriba, mi tía fue hacia una habitación, yo deje la maleta y mi tía la dijo que se cambiara y se viniera para abajo, Susana dijo, coloco lo de maleta y bajo. Cuando salimos agarre de la mano a mi tía y la metí en mi habitación. LE dije que me contara… -Pues el masaje en la espalda, cuello, estaba bien pero no me sacaba de dudas. Pero el de las piernas, me lo dejo claro. - ¿Qué te dejo claro? -Que si no llega Susana me hubiera hecho de todo. - ¿Segura? -Segura no, segurísima. Esta ya está en “situación”. -Qué pena que nos adelantáramos en decirla nada de que se fuera unos días, porque si con Susana no ...