Necesidades de una mujer embarazada
Fecha: 27/08/2019,
Categorías:
Incesto
Confesiones
Autor: Sandra_lujuria, Fuente: CuentoRelatos
... mía, pues mi cabeza sobresalía del borde del clóset que ocultaba el resto de mi cuerpo y a Héctor, que en ese momento se quedó muy quieto detrás de mí. -¿Estás bien, tía?- Me preguntó Oscar con un gesto de inquietud. -Sí… Eh… Sí, estoy bien. Aproveché que Héctor es médico y le pedí que me resolviera una duda que tengo. ¿Puedes cerrar la puerta? Me está revisando en este momento, querido. Pero ya casi terminamos. -Ah… Bueno… ¿Me podrías avisar cuando pueda pasar? Es que necesito el cargador de mi celular y lo tengo en mi maleta. Está junto a tu cama. -Sí, en cuanto terminemos con esto, te salgo a buscar- Luego La cara de Oscar desapareció tras la puerta. La sorpresiva interrupción había hecho que Héctor perdiera la firmeza de su erección. -Está bien, Sandra. No te preocupes, estuvo muy bien. Lo bueno es que tú sí pudiste venirte. -¿No quieres que tratemos de nuevo? No quisiera dejarte con las ganas- Luego de decirle eso, me hinqué con dificultad frente a él y sentí en las rodillas el enorme charco que mi orina había dejado en el piso “Ya lo limpiaré después” pensé. Despojé de su látex al semidormido miembro de Héctor y me lo metí en la boca. Bastaron unos pocos minutos de sexo oral para que el delicioso instrumento de mi amante estuviera tieso otra vez. -Ven acá- Le dije mientras lo tumbaba de espaldas en la cama. -Espera, Sandra- Me pidió Héctor mientras yo me acomodaba con las piernas abiertas encima de él. -¿Qué pasa? -Deja que me ponga un condón. Aquí traigo otro- Sacó de ...
... no sé dónde otro preservativo, mismo que yo le arrebaté para arrojarlo lejos de la cama. -¿Tienes miedo de embarazarme?- Le pregunté con ironía -No es eso… Es que… ¿Podemos confiar? -¡confiar!- me hizo reír –Mira, amiguito. Durante diez años le fui fiel a mi marido- le mentí –Si tuviera algo que te pudiera contagiar, ya lo sabría ¿no? Además una vez al mes un doctor como tú se asoma entre mis piernas y el último que estuvo ahí, dijo que todo estaba en orden, así que…- Acomodé su miembro en la jugosa entrada de mi vagina y me dejé caer sobre él, haciendo que se hundiera riquísimo, hasta el fondo de mi cavidad. -Oh… Sandra…- Dijo Héctor antes de ponerse a disfrutar del intenso movimiento que yo hacía para darnos placer. Lo monté tan rico que a los pocos minutos eyaculó dentro de mi. Héctor tuvo que correr al baño cuando salió de mi recámara para que nadie notara de dónde venía. Luego, fui a buscar algo con qué secar el piso y cuando acabé, le avisé a mi sobrino que podía pasar. En la sala ya solo quedaban mi par “roomates”, una de las amigas de Angélica (la que me había parecido la más guapa de las dos que conocí al principio de la fiesta) y mi sobrino. Oscar no es ningún tonto y cuando entró a mi cuarto notó en seguida la atmósfera cargada con los olores del sexo, pero solo sonrió en complicidad conmigo. Tomó de su maleta lo que necesitaba y luego de darme un beso de buenas noches en la mejilla, salió de nuevo a la sala. Aunque mi sesión de urgencia con Héctor estuvo muy bien, ...