La reeducación de Areana (11)
Fecha: 28/08/2019,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... excitación cada vez mayor. Y la paliza comenzó. La sumisa sentía que la palma de esa mano sabia cayendo con fuerza sobre sus nalgas la introducía en ese placer oscuro e irresistible sin el cual ya no sería capaz de vivir. Su “gracias, señora” repetido después de cada golpe le surgía desde muy adentro y era un agradecimiento sincero a esa mujer por haberle descubierto ese mundo que deseaba habitar para siempre a los pies de su dueña. De su concha manaba incesantemente el flujo mientras gemía y jadeaba entre cada “gracias, señora”. Por fin la paliza cesó, cuando las nalgas le ardían y Amalia las disfrutaba rojas y calientes. Entonces la empujó y Eva cayó al piso, donde quedó inmóvil, sin atreverse a ceder al impulso de frotarse el culo en procura de aliviar ese ardor. Amalia fue hasta el placard y volvió enseguida con el dildo doble del arnés de cintura y un pote de vaselina. Había llegado el momento de cogerse a su nueva perra. -Desvístame, puta. –ordenó y Eva obedeció de inmediato, temblando de calentura y ansiedad. Ya sin ropas y mientras Eva permanecía arrodillada ante ella, con las manos atrás y la cabeza gacha, Amalia se colocó el arnés y exhaló un suspiro cuando se sintió penetrada por el dildo posterior. -Trepe a la cama, perra. –dijo y Eva ascendió al lecho, donde debió ponerse en cuatro patas y abrir la boca para recibir el dildo principal, que Amalia le hundió hasta la garganta y no retiró hasta ver que la cara de Eva estaba roja y la pobre a punto de asfixiarse. ...
... Disfrutó perversamente de su poder sobre su presa y luego ordenó: -Chupe. –después de meterle nuevamente el dildo en la boca. -¿Se la chupaba a su marido, perra? –quiso saber -Sí… -murmuró Eva, conmovida por el súbito recuerdo de aquella época, cuando no imaginaba ni remotamente en qué iba a convertirse. -¿Y tragaba el semen? -A veces sí y… y a veces él me… me acababa en la cara… -Ah, muy bien… Muy bien por su marido… Bueno, pero eso se acabó, puta, ya no más hombres, solamente mujeres, ya no más semen sino sólo flujo y eyaculación femenina… ¿Está claro? -Sí, señora Amalia… -Bien, ahora échese de espaldas, con los riñones sobre la almohada doblada en dos. ¡Vamos! -Sí, señora… -musitó Eva y se aplicó a obedecer la orden mientras Amalia ponía vaselina en el dildo y también en el ano de Eva, ya en la posición indicada, con las piernas encogidas y las rodillas bien separadas. -Esta vez quiero verle la cara mientras me la cojo, perra en celo. –dijo Amalia y sin más hundió el pene artificial en la vagina, hasta el fondo, para después moverlo hacia atrás y hacia delante mientras se regodeaba con la expresión de goce en el rostro de Eva. Sin interrumpir los embates del dildo se inclinó para apresar entre sus dedos los pezones de la sumisa hasta que los notó erectos y rígidos. Entonces comenzó a estirarlos y retorcerlos provocando en Eva una intensa mezcla de dolor y placer que la hacía gemir y jadear con los ojos cerrados y moviendo su cabeza de un lado al otro. -Está gozando, ¿eh, puta ...