La reeducación de Areana (11)
Fecha: 28/08/2019,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... de mierda?... -Sí, señora… Sí, aaaayyy… sí… estoy gozando… ¡muchoooooooooooo!... ¡aaayyyyy!... Entonces Amalia retiró el dildo de la concha y lo dirigió al pequeño orificio anal. Apoyó la punta y después de presionar un poco lo introdujo unos centímetros y enseguida de un solo envión terminó de meterlo por completo, acompañando con una sádica carcajada el grito de dolor de Eva. Siguió haciendo avanzar y retroceder el dildo dentro de ese sendero estrecho mientras la sumisa sentía que el dolor inicial iba disminuyendo para dejar paso a un goce cada vez más intenso que alcanzó la cumbre cuando Amalia comenzó a jugar con el clítoris y entonces Eva creyó enloquecer de placer. Su finado marido jamás le había hecho eso de penetrarla por el culo mientras le estimulaba el clítoris y entonces creyó advertir entre el vertiginoso disfrute que la envolvía por completo, que nadie mejor que una mujer para hacer gozar sexualmente a otra, por conocedora del cuerpo femenino y las sensaciones eróticas que se pueden provocar desde la sabiduría. Estaba cubierta de sudor por fuera y de placer por dentro. Amalia, por su parte, sentía que el dildo posterior metido en su concha y esa lengüeta que le acariciaba el clítoris a cada ir y venir la estaban llevando al clímax. Siguió trabajando el clítoris de Eva con una mano y con la otra los pezones de su perra, hasta que de pronto ambas, al mismo tiempo, fueron presas de las convulsiones preorgásmicas y segundos después estallaron juntas entre alaridos ...
... de un placer que sentían como interminable. Agotadas, se sumieron después en un sueño profundo y reparador del que Amalia emergió a las cinco de la tarde. Despertó a Eva y por el handy llamó a Milena. -Llevátela a la cucha y tenémela a las siete en el living, vestida y con su cartera que a esa hora viene Elena con Areana y las dos se van para su casa. -Entendido, señora… ¿Puedo decirle algo?... -Sí, decime. -Es que… es que Marisa y yo estamos calientes, muy calientes con esta perra y queríamos saber si usted nos permitiría que la cogiéramos alguna vez… Amalia sonrió encantada y dijo: -Por supuesto que sí, Milena. Esta mami y su hijita Areana son putas de mi propiedad y claro que se las prestaré. No te preocupes y cumplí con mis instrucciones. -Gracias, señora Amalia. –dijo la asistente entusiasmada y tomando la cadena del collar de Eva la sacó del dormitorio en cuatro patas rumbo a la habitación-celda. …………… Minutos antes de las siete de la tarde Amalia esperaba en el living con Eva vestida, arrodillada sin apoyar el culo en los talones, con la cartera pendiendo de su hombro derecho y dentro de la cual estaban su collar de perra y su credencial de sumisa que iba a tener que plastificar en la librería de Marta. Minutos después llegaba Elena con Areana, que a una orden de Amalia se arrodilló junto a su madre. La dueña de casa, en el sofá, con un bolso de mano a su derecha, invitó a Elena a sentarse junto a ella del otro lado y luego se dirigió a ambas sumisas: -Escúchenme con ...