Papá y mis hermanas el mejor porno en vivo y en directo
Fecha: 28/02/2019,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Hansolcer , Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... para hacerla tan mía como había hecho a mis otras dos hermanas.
Adentro Lily llegó al orgasmo total, tirada sobre papá recibió las últimas embestidas de aquella polla que parecía estar hecha para dar placer. Gruesa, negra, brillante por los líquidos. La vi entrar como cuchillo en mantequilla para desaparecer por completo en aquella hembra por demás satisfecha. Fueron segundos donde el sexo fue de dos. Mi padre la rodeo con sus peludos brazos y apretándola contra si vivió con ella aquel momento de clímax sexual.
Isabel supo esperar, quizá a sus 11 años ella no concibiera aquello con el mismo morbo que yo, que detrás de la puerta ya estaba otra vez con la verga como piedra, listo por si otra vez tuviera que tener sexo o jalarmela a salud de mis hermanas. Ella en primera fila vio como papa sacaba su vergota del chocho de Lily, igual de dura y quizá hasta más hinchada. Moviéndose de lado a lado como borracho, aquel pedazo de carne negro como el miembro viril de un burro era obvio que aquel miembro viril pedía tener sexo ¿Se cogería a Isabel?. El solo pensamiento me hizo sentir emociones que no podía describir. ¿Sería capaz aquella niña de 11 de comerse aquellos 20 y tantos centímetros?
Cuando habíamos “jugado al sexo” con mis hermanos y ella, a lo más que habíamos llegado es restregarle la cabeza del pene entre sus labios vaginales y ponerla a mamar o nosotros lamerle el chocho. ¿Podría tragársela como recién se la había tragado Lily que ahora yacía satisfecha a un ...
... lado de papá con el chocho lleno de baba? Eran preguntas que solo el tiempo podría responder. Papá ahora se había girado hacia donde estaba ella, una vez más su mano fue en busca de aquel manjar que por un momento había abandonado y otra vez el dedo índice empezó a hacer de las suyas, Lily había aparecido atrás de él como si no quisiera poderse lo que estaba a punto de suceder, sus ojos brillaban como si aquel acto cómplice la hiciera sentir algún placer hasta ahora desconocido. Por un instante creí que nuestras miradas se cruzaban ¿Podría Verne atrás de la rendija donde espiaba? ¿sería mi imaginación que ella me había visto? No podía saberlo, lo cierto es que otra vez su atención se centró en la mano de papá jugueteando el chocho de su hermana. Isabel de espaldas en la cama, las piernas abiertas, desnuda totalmente. Los tres desnudos, sin cobija alguna que pudiera privarme de ver la mejor escena de sexo que podía haber imaginado. Papá y su vergota era el semental perfecto para dos hijas a las que el incesto había hecho presa ya sea por gusto o por las circunstancias.
La televisión seguía encendida, cómplice también al igual que la cama. Papá había iniciado el ritual previo al sexo, su lengua jugueteaba con los pezones apenas en crecimiento de Isabel, aunque eso no impedía que ella sintiera alguna algún tipo de sensación ya que la hacía moverse de una forma que solo el placer sexual puede dar. ¿Te hago cosquillas? – pregunto papá sin quitar su lengua del pezón ni el dedo del ...