1. Dos negros para Rebeca


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Sexo Interracial Tus Relatos Autor: Rebeca, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Estoy indecisa, pero necesito desahogarme con ustedes. Necesito contar mi única infidelidad. Me llamo Rebeca, tengo 49 años y estoy casada. Fisicamente soy atractiva. Tengo el pelo castaño: una melenita, los rasgos de mi cara son dulces y tengo un buen cuerpo: una buena talla de pecho, cintura estrecha que hace sobresalir mis nalgas y macizas piernas. LLevo dos tatuajes: uno en la cintura y otro arriba de mi pubis. Vamos una madura resultona. Pero nunca fui infiel a mi marido, excepto una vez. La verdad es que no se muy bien como pudo suceder, pero pasó. No estoy arrepentida, aunque no lo volvere a repetir mas. En fin, entraré en detalles para no aburrirles. Fue un verano en la playa. Me encontraba sola y aburrida, pues mi marido estaba en el trabajo, es un ejecutivo importante. Por las mañanas bajaba a la playa a darme un baño y solia ponerme un sugerente tanga negro. Después del baño me tumbaba en la arena a relajarme. Una de aquellas mañanas de baño mi vista no pudo resistirse a observar a dos hombres negros que estaban cerca de mí. Eran enormes. Muy altos y musculosos y sus pequeños bañadores no conseguían apenas ocultar sus miembros. Ellos hacían como que peleaban y yo no paraba de mirarles con disimulo. Me estaba excitando, pero como soy fiel a mi marido, como ya les dije, me levanté y me fui al hotel.
    Después de ducharme y quitarme la arena de la playa, me puse una braguita rosa y un bonito vestido veraniego. Luego me maquillé la cara y peiné mi melenita. Bajé al ...
    ... comedor del hotel y mientras me traían la comida miré la sala que estaba muy animada. Me llamó la atención que los dos negros de la playa estaban enfrente mío. Me pareció que me miraban y conversaban entre ellos. Desvié mi cara y me puse a comer y me propuse acabar la botella de vino para olvidar mi soledad. No me atrevía a dirigir mi vista a los negros, por si pensaban mal y yo sinceramente no quería nada con ellos. Acabé de comer y fui al salón de la cafetería a sentarme y pasar un rato antes de irme a mi habitación. Mientras leía una revista, el camarero me indicó que me habían invitado a tomar una copa. Pude ver que eran los dos hombres negros quienes me invitaban. Pensé negarme, pero me pareció feo rechazar la copa y acepté. Les sonreí tímidamente. No había nada malo en ello.
    Cuando acabé la copa me dirigí al ascensor y coincidí con los negros que me sonrieron abiertamente. 
    Sin saber cómo me vi tumbada en la cama totalmente desnuda con las piernas abiertas. Uno de los negros, tenía su cabeza enorme y calva entre mis piernas y metía uno de sus dedos en mi vagina; mientras el otro negro arrodillado a lado de mi cara manoseaba mis tetas con sus enormes manazas. Yo tenía mi mano izquierda agarrando su enorme falo negro. Me entraron convulsiones y abriendo mi boca me corrí violentamente. Uno de los negros chupaba con sus gruesos morros mis labios vaginales y pasaba su lengua por mi clitorix y la metía dentro de mi sexo ardiendo. Yo seguía agarrando la polla del otro negro, que ...
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