1. Feminización forzada


    Fecha: 12/11/2017, Categorías: Transexuales Autor: cexxxi, Fuente: xHamster

    ... brassieres, maquillaje y una peluca femenina… me congelé, ¡me estaba pidiendo que me vistiera de mujer! Oh Dios ¿qué me quería hacer?Debí sollozar muy fuerte porque oí que se acercó a la puerta y me amenazó: -”¡Deja de chillar y prepárate! por las buenas o por las malas y créeme que no te va a gustar por las malas”. Entré en pánico, de niños cuando decía eso, era mejor hacerlo por las buenas, por las malas siempre era sufrir y llorar…Me limpié las lágrimas y me desvestí, escogí unas bragas negras, medias con elástico y un bra negro. Me vi desnudo en el espejo y contemplé mi pene, lo había rasurado en la mañana sin saber que estaría metido en este embrollo, pensé que se burlaría más, le estaría dando la razón de que soy una niña al verme rasurado. Usé el maquillaje, sólo un poco de corrector, delineador, rubor y labial. Me apuré a ponerme las pocas prendas y la peluca y volteé a verme en el espejo, quedé sorprendido: no me reconocí, verdaderamente me había transformado en una chica… temblé de miedo de pensar en lo que pasaría saliendo del baño, hubiera querido parecer masculino para no gustarle, pero era evidente en el espejo que Óscar estaría más que complacido.Cuando salí del baño, vi que había poca luz, creí que oiría su risa burlona viéndome vestido de mujer y con la vergüenza reflejada en la actitud de mis manos que inútilmente trataban de cubrir mi cuerpo. Pero no fue así, antes de que mis ojos pudiera acostumbrarse a la nueva iluminación oí su voz, que ahora tenia un ...
    ... tono menos imperativo pero firme “Espérate ahi, quiero verte bien. Date la vuelta”. Yo, sumisamente, obedecí.-”¡Vaya, que siempre tuve razón! eres más mujercita que hombre, esa ropita te queda de maravilla C…”Sonrrojé, me sentía totalmente humillado pero no se estaba burlando, en su voz detecté algo que nunca había oído. “Acércate”- pidió. Obedecí para verlo tumbado en la cama totalmente desnudo, su cuerpo muy varonil, velludo, coronado con una enorme erección. me temblaron las piernas de miedo y quise empezar a llorar.Me dijo “Ven p’acá, siéntate; eres toda una damita y yo sé tratar a las damitas”Busqué lugar en la orilla de la cama, junto a él, justo al sentarme puso la mano bajo mis nalgas y apretándolas dolorosamente me llevo cerca de él, quedamos sentados juntos, pegados, mi espalda recargada en su brazo y pecho, sintiendo el vello que le cubría y algo de humedad de sudor por la excitación. al alcance de mi mano estaba su tremenda erección, a escasos centímetros de mi. Comencé a temblar.Odié que se diera cuenta de que estaba viendo su miembro, me dijo: “¿Te gusta, verdá? siempre te ha gustado, yo lo sé. Agárralo, como antes, Ándale”Temblando de miedo, estiré la mano y tome ese enorme pene por el medio, lo sentí caliente y más duro de lo que yo recordaba, sentí su regocijo al tomarlo y vi de soslayo como su bigote dibujaba una sonrisa de satisfacción. Instintivamente comencé a masturbarlo lento, podía sentir su pulso a través de mi mano, su corazón latía fuertemente, el ...
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