Enseñando a mi hermanita - Relatos Eróticos

Enseñando a mi hermanita

Soy Fran, quisiera contar mis experiencias en los noventa y algo, en casa éramos mi padre Juan, mi madre Laura, yo tenía 16 años casi 17, mi hermanita Sofía 9 y medio y la más pequeña Carla 2, vivíamos en las afueras de la ciudad mis padres tenían una casa de comidas, al nacer Carla mis padres hicieron en la parte alta de la casa unas habitaciones, baño y una pequeña sala de televisión para Sofía y para mí, pues la parte de abajo se había quedado pequeña con la llegada de Sofía, ellos trabajaban casi todo el día y Sofía y yo íbamos a comer al negocio y luego veníamos a casa hacer las tareas de recoger la casa y hacer los deberes del colegio, Carla se quedaba con mis abuelos, quedándome yo al cargo de Sofía hasta que ellos llegaban sobre las 11 de la noche salvo los miércoles que no se habría el negocio.
Mi relación con Sofía era casi paternal pues como hermano mayor me tenía que ocupar de todo en mi casa, los hechos que sucedieron un día hicieron que mi relación cambiara en todos los sentidos, una noche de verano hubo una tormenta de muchos truenos yo estaba durmiendo desnudo después de haberme tocado una buena paja, Sofía vino corriendo a mi cama y se metió sin darme tiempo siquiera a decirle que se fuera a su cama, se acurruco y muy asustada me dijo que tenía miedo que un rayo cayera en nuestra casa y nos matara, que la dejara dormir conmigo, yo ni me acordaba como estaba en la cama y solo le dije que se tranquilizase, se acurruco y acerco su cuerpo hacia el mío, el ...

... contacto de su fina piel con la mía pues ella solo tenía un calzoncito y una camisita de dibujitos de mangas cortas, me dio un corrientazo en el cuerpo dándome cuenta al instante de cómo estaba en la cama, disimuladamente me aleje de la parte de abajo para que ella no se diese cuenta, milagros de los niños al instante ella ya estaba dormida y en mí se despertaron los más bajos deseos, el olor a jabón de niña su aroma infantil, el calorcito y suavidad de su cuerpo hizo que sin darme cuenta estuviera al instante con una erección de caballo, ya aquel cuerpito no era el de mi hermanita sino en mi mente era el de una mujer que me pedía que le diese placer, en la oscuridad con mis manos recorrí lentamente su cuerpo y pude notar como era menudita, un poquito gordita, que no tenía tetas ningunas y que eso si tenía un culito que empezaba a despuntar, no supe cómo me pude controlar pero no le hice nada más, me puse los calzoncillos y me gire al otro lado y me costó mucho el dormir.
Los días siguientes todo cambio, ya yo no veía a Sofía como mi hermanita sino como una niña que me quería follar, aprovechaba cualquier cosa para darle unos buenos magreos cuando jugábamos en los que ella creo no se daba cuenta de nada, cuando ya estaba totalmente empalmado me iba al baño y me corría una buena paja (solo me lo pasaba bien los miércoles cuando estaban mis padres que salía con una amiga del colegio que follabamos desde hacía unos cuantos meses, ella decía que era mi novia y yo le decía que no), ...