Mi amigo y su hijo - PT1 - Relatos Eróticos

Mi amigo y su hijo - PT1

... televisor. Pasaron 10 minutos y deje de escuchar ruidos. Con lo que vi anteriormente mi mente empezó a volar. Me atrevi a entrar a su sala y subi dos escalones para ver si escuchaba algo y nada.
Subí más arriba y vi dos puertas de dos habitaciones distintas, ambas cerradas. Pero de una se veía que salía luz en la rendija. 

Pensé rápido e inventé el pretexto en mi mente de despedirme.  Tomé la manija y abrí la puerta mientras le daba unos pequeños golpes anunciando mi presencia. Vi justolo que había imaginado minutos antes. Segio y Diana su hija completamente desnudos. La escena era la siguiente. 
La pequeña niña flaquita debajo de él con sus piernas bien abiertas y se notaba que estaba llena de el sudor de él. 
Sergio igual de buen cuerpo futbolero encima de ella dejando ver sus nalgas. 

Al abrir la puerta él se asustó y lo único que pude decir fue: Sólo vine a despedirme, ya me iba ll siento. Me fui rápidamente hacia la entrada y Sergio corrió hacia mi alcanzandome cuando iba cruzando la sala. Lo primero que él pensó fue que yo iría a contarle a alguien lo que acababa de ver. Así que corrió a detenerme. 
- Yo no vi nada, lo prometo. 
 Sergio completamente desnudo contestó:
- Hey por favor no vayas a decir nada. A nadie 
- No te preocupes, contesté.
- Como puedo estar seguro?
- No te apures no diré nada. En ese momento bajo su pequeña completamente desnuda a ver qué había pasado. 
Yo me le.quedé viendo y enseguida me percaté que Sergio lo notó.

- Te ...

... gusta? Pregunó
- No, no como crees. Respondí
- Enserio, dime, total, tu ya me viste y podemos llegar a un acuerdo para que de aquí no salga nada.
Enseguida comencé a excitarme y le pregunté.
-¿Qué tipo de acuerdo?

Sergio gritó: 
-Diana, ven. - Y la niña se acercó. 
- Mi amor, él es mi amigo y a partir de ahora será también tu novio. 

YO ME quede pasmado ante tal comentario. 
Sergio se sentó junto a la pequeña en el sillón de la sala, y me dijo: 
- Sientete. Señalándome que e sentara a un lado de su pequeña, dejándola en medio de los dos. 
Yo obedecí y me senté. 
-Prestame tu mano, dijo mientras la tomaba. 
Enseguida la dirigió hacia sus pequeños senos y comenzó a hacer que mi mano acarciara esas muy pequeñas montañosas.
LA PEQUEÑA Diana sólo me veía mientras lo hacia.
SE SENTIA diferente a lo que antes habría hecho. Tan suaves y tan pequeñas. Comencé a excitarme. Sergio notó que me estaba calentando y me dijo: 
-Dale un beso. 
Yo obedecí y acerque mi boca a la boca de su nena. Junte mis labios con los suyos mientras su papá dirigía mi mano para masajear más partes de su cuerpo.
Entonce bajo a su vagina. Esa suave hendidura calientito . La nena ya sabía qué hacer pues al sentir mi mano ahi abrió sus piernas para permitirme tocar más fácilmente  esa riquisima parte de ella. 
- Te gusta? - preguntó Sergio 
- Si, .- Contesté sin dejar de besarla.
Sergio tomó la cara de su pequeñita y dirigió sus labios a los suyos. 
Veía como se besaban ellos dos y empecé a ...