1. Vacaciones con mama


    Fecha: 13/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... veía me excitaba aun más. Sus pechos, de tamaño normal y coronados por unas aureolas de un acentuado color marrón terminaban en unos pezones largos y gruesos, Su vientre era plano y su vagina estaba coronada por una mata de bello muy tupida y finamente recortada de tal manera que no sobresaliera de su bikini. Me prendí a sus dos pezones, con desesperación, la situación de encontrarme con mamá desnuda en vez de inhibirme me excitaba más. Luego de unos minutos de estar chupando con desesperación sus pezones y amasando sus pechos volví a sus labios, ella respondió nuevamente a mis besos y sin saber como me encontré que mi pija estaba penetrando su muy lubricada vagina. Ahí tomé conciencia de lo que estábamos haciendo, no paré, comencé un movimiento de entrada y salida, mamá entre jadeos y suspiros me pedía que parara. No Gabriel esto es una locura, pará. No Gabriel, pará. No mamá no puedo, no puedoooooo. Dejó de pedirme que parara, con sus piernas me rodeó la cintura y me apretó mas a ella. No recuerdo cuanto duramos, si que los dos acabamos casi juntos, primero ella e inmediatamente yo, sus jadeos y contracciones de la vagina me hicieron acabar a mí. Quedamos los dos tendidos en la diminuta cama de mamá, ninguno de los dos dijo nada, yo no me animaba, seguramente me iba a echar de casa por lo que pasó. Ella, después me enteré, por vergüenza. Así estuvimos un largo rato. Mamá se levantó sin mirarme y se fue al baño, allí se encerró a llorar. Yo me fui a mi cama, me puse el slip ...
    ... y me tapé hasta la cabeza, me daba vergüenza lo que había hecho. Como a la hora salió del baño recién bañada y con los ojos rojos de llorar, me pidió que hiciera mi bolso porque regresábamos a casa. Las vacaciones se terminaban bastante antes de lo previsto. Le pedí, le rogué, le supliqué que no tomara ninguna determinación en caliente. La decisión está tomada, volvemos a casa y veremos como resolvemos esto, me dejé llevar y mirá como terminamos. El viaje de regreso lo hicimos en silencio, ni ella ni yo nos animábamos a hablar, y mucho menos a mirarnos a los ojos, ambos nos sentíamos culpables de lo pasado, ella por ser la adulta que no supo poner freno a la situación y yo por pensar que de alguna manera había violado a una mujer, y que esa mujer era mi madre. En Bs.As. pasaban los días y el recuerdo de aquella noche no me dejaba de rondar en la cabeza. Tenía sensaciones encontradas, por un lado la culpa y por el otro el placer encontrado en esa situación de morbo. Mi madre seguía sin mirarme a los ojos y evitándome, yo no tenía a quien recurrir para confesarle lo pasado. No podía hacerle saber a mí intimo amigo lo pasado. Después de 15 días de lo ocurrido, y ante la situación generada decidí que era con mi madre con quien debía hablarlo. Esa tarde, cuando mamá regresó de su trabajo y se encerró en su dormitorio hasta la hora de la cena, actitud que había tomado desde nuestro regreso de Mar del Plata, golpee su puerta y entré, la encontré tirada en su cama, con la luz apagada ...
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