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En un canal del irc (I)
Fecha: 14/11/2017, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... encontramos en un bar cerca de nuestra casa - yo le había dicho a Alberto que lo mejor era allí ya que así María se sentiría más cómoda. Llegamos nosotros primero y poco después ellos. Descubrimos quiénes eran por Elena que nos saludó y por fin pude ver a Alberto por entero. Medía unos centímetros más que yo pero se veía que los años le habían pasado algo de factura. Pesaría unos 90 kilos y se le apreciaban los michelines. Moreno y con unos ojos negros grandes que no despegaron de María el tiempo que estuvimos juntos. Se veía fuerte ya que los músculos se le marcaban debajo de la camisa debido a su trabajo que como nos comentó era de mecánico. Yo la verdad que pensé en que aquel tío se daría el lote con mi mujer, 13 años más joven, pero la mirada de Elena no tenía desperdicio. Iba con un escote que le dejaba ver parte del pecho y los días de playa le habían dado un color estupendo pero lo que más me atrajo fue su culo. Un poco más grande que el de mi mujer y enfundado en una mini que no dejaba nada a la imaginación. Se conservaba estupendamente para sus 38 años. Tomamos algo y no sabíamos de qué hablar cuando Elena le preguntó a María que si le dejaba bailar conmigo. Ésta, sorprendida, dijo que sí cuando ya estábamos alejándonos de la mesa. Debido a la gente en la pista pronto perdimos de vista a nuestras respectivas parejas. La verdad es que estábamos algo apretados los dos entre el gentío e intentábamos bailar. Elena me dijo que no me preocupara que todo estaba bien y que ...
... cuando quisiéramos podíamos irnos ya que ellos estaban dispuestos a hacer el intercambio. Le comenté que María no parecía muy dispuesta a lo que ella respondió que su marido la convencería que por eso me había sacado a bailar; para romper el hielo. La verdad es que aquel culo entre mis manos, ya estaban allí desde un principio, y la mirada de Elena me tenían a tope. En un momento de la música ella se acercó a mi oído y me susurró que ese día aprendería lo que era una mamada en condiciones. Aquello ya me decidió a hacer el intercambio fuese como fuese. Fuimos hacia la mesa después de terminada la música y me encontré que mi mujer y Alberto hablaban animadamente lo cual me tranquilizó un poco. Poco después propuse que siguiéramos la fiesta en la casa y nos dirigimos a los coches. Ya en el coche mi mujer me dijo que Alberto le parecía una buena persona pero que no estaba tan bien como ella esperaba y que no sabía si podría hacerlo. Aquello fue como un jarro de agua fría. Mis fantasías con Elena se estaban vaporizando rápidamente si no lograba convencer a María. Le dije que esperara que no todo estaba dicho y que por favor, no fuera a decir nada al bajar del coche. Llegamos a la casa en diez minutos. Alberto y Elena debieron sospechar algo ya al mirar mi rostro y se miraron entre ellos y se guiñaron un ojo como entendiéndose de algo. Fuimos a la sala y saqué algunas copas y un buen whisky que María había traído del viaje. Puse algo de música para relajar el ambiente y la luz a ...