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En un canal del irc (I)
Fecha: 14/11/2017, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... media altura. Entre la charla y los tragos la cosa se fue poniendo caliente y empezamos a hablar de sexo y comentando cosas picantes de alguno de nosotros. Fue entonces cuando Alberto le dijo a Elena que si le gustaría satisfacer una fantasía. Ella dijo que sí y entonces le dijo que la mía era que me hicieran una buena mamada. Ni corta ni perezosa, Elena se levantó y se arrodilló frente a mí mirándome con ojos de viciosa. Me masajeó un poco el paquete, que ya estaba duro, y me abrió la bragueta y el slip dejándolo salir. Incluso tenía fluidos preseminales de la excitación del momento. Empezó a darme pequeños lametones en el glande jugando con él. Luego se lo metió en la boca y empezó a succionar mientras que con la mano empezaba a pajearme. ¡¡¡Qué sensación!!!. Pude comprobar que lo del vídeo no era nada comparado con lo que me estaba haciendo. Subía y bajaba por el tronco de la polla dejándola empapada de saliva y volvía a la carga. Luego subía hasta el glande y lo chupaba con fruición. A todo esto Alberto se levantó y se sentó al lado de María que no sabiendo qué hacer encendió un cigarrillo y sonreía nerviosamente. En unos minutos me tenía a punto y le dije que no aguantaba más. Con un gesto me indicó que aguantara. Se despojó de la blusa y sus maravillosas tetas quedaron fuera. Se metió entre mis piernas y se pasó la punta de la polla por las tetas mientras sacaba la lengua. Me parecía que iba a estallar. Se la introdujo en la boca y la empezó a chupar con fruición ...
... alentándome a que me corriera. Ver aquello me hizo descargar en su boca lo cual, increíblemente, la hizo acelerar sus movimientos de arriba hacia abajo tragándoselo todo. Cuando se levantó pude observar que un hilo de semen nos unía. Alberto me preguntó si había disfrutado a lo que contesté sonrojado que sí. Se viró entonces hacia mi mujer que nos contemplaba atónita y le dijo que ahora le tocaba a él disfrutar de ella y que esperaba estar a la altura. María se dio cuenta de que ya no podía haber marcha atrás después de lo que yo había hecho y le preguntó qué quería. Él le respondió que se dejara hacer. Se arrodilló frente a ella y le pidió que se agarrara de la parte de atrás del sofá donde yacíamos con ambos brazos. Cuando lo hizo pude darme cuenta que los pechos se le alzaban y parecían más grandes. Una vez en esa posición, se dedicó a besar el cuello de mi mujer con suavidad intentando ponerla a tono. Luego fue bajando lentamente recreándose en todo momento de la piel de María y haciendo movimientos circulares con la boca hasta llegar a la zona del ombligo. Allí empezó a dar besos cortos y mordiscos con los labios hasta que logró levantar algo la blusa y tocó la piel. María dio un respingo pero se tranquilizó cuando vio que el juego seguía. Las manos de Alberto empezaron a subir lentamente la blusa a la vez que se ayudaba de la nariz y los labios. Cuando llegó a el pecho se detuvo un poco pasando la lengua y restregando sus mejillas desde el ombligo hasta su nacimiento. María ...