1. Chupándoselo a mi compañera de piso


    Fecha: 14/11/2017, Categorías: Lesbianas Autor: isabel xc, Fuente: RelatosEróticos

    ... ami madre en la piel clara y la melena rubia, pero mi chocho color castaño es del terreno jajaj, aunque ahora como ves lo tengo afeitado (le dije alzando mi camiseta hasta los pechos). Tú sí que eres precioso Laura, con esa melena negra que te llega al culo, seguro que traes de cabeza a tu novio, ¡verdad Laura! —De cabeza no, lo trae de culo, ¡pero de mi culo!, ¡que mira como me lo ha dejado dolorido! jajaja. —Eso es, como va ese el culo, ¿está mejor Laura? —me interesé. —Regular Isabel, ahora mismo me duele y me escuece aún. —Laura yo tengo una crema íntima muy buena que te iría genial, porque seguro que tienes alguna hemorroide inflamada. —No sé, lo mismo si, ¿me das una poca? — ¡Claro tonta! Saqué la crema de mi bolso y ella se la untó en su culo pero sin ahondar, con poca cantidad y poca pericia; entonces le pregunté. —Laura que poca maña tienes dándote crema yo se darla mejor, a una amiga mía yo le daba crema cuando estaba escocida sin ningún problema, ¿quieres que te la unte yo? —dije, viendo que esa era mi gran oportunidad para lanzarme a la aventura. — ¿No te da corte o asco Isabel? — ¡En absoluto Laura!, somos chicas las dos y tú eres muy limpia y muy correcta. —Vale Isabel, «aunque lo veo raro» y me da vergüenza, pero no te haré un feo ya que te has ofrecido; ¡no me hagas daño por favor Isabel!, y muchas gracias por tu preocupación por mí. Me eché en una mano un buen puñado de crema, y mojé en ella el dedo índice de mi otra mano, y con la yema del dedo unté su ...
    ... ojete hasta que se dilató un poco, después me impregne más abundantemente el mismo dedo y se lo introduje en su ano muy despacio y muy suavemente, como a cámara lenta; girando en círculos en su interior con mucho mimo y delicadeza; al tocar mi dedo una pequeña hemorroide inflamada la impregné con gran cantidad de crema, para lo cual saqué y metí mi dedo en su ano varias veces, «lentamente», cogiendo de afuera más crema en cada penetración táctil; la oí gemir muy bajito, y le pregunté. — ¿Te hago daño Laura? —No, ¡no pares!, que noto mucho alivio Isabel, pero no sé, estoy algo acalorada. —Es por la estufa Laura, por eso te sientes acalorada —le dije haciéndome la despistada respecto a su calentón, para que ella creyera que en mi dedo penetrador no había intención de excitar,y así darle tintes de normalidad a mi magreo anal. Después de que habláramos proseguí horadándola con mi dedo aventurero. Al introducir nuevamente el índice en su ojete, «como sin darme cuenta» apoyé el resto de los dedos en su chocho excepto el pulgar, y al poco sus labios menores se dilataron entre mis dedos como una ostra cálida y sin armazón. Ella dio un gemido más intenso y entonces paré y le dije. — ¡Ya está bien untado tu culo Laura!, ¡ahora vamos a dormir! (la dejé con la calentura a caso hecho). Fui al aseo a lavarme las manos de la crema, y al entrar encontré al novio de Victoria meando en el váter, con un pene casi erecto del que salía un chorro intenso; dije perdón y salí del baño esperando afuera. ...